El día 18 de enero de 1847 se dio a conocer el decreto denominado: Reglamento para la ley de bienes de manos muertas, en veintiséis artículos se establece el modo de obtención lo que en inicio serán diez millones, con lujo de detalle – aunque en realidad se busca juntar quince millones- para la manutención del poderoso y numeroso Ejército del Norte comandado por el generalísimo y serenísimo Santa Anna, quien ya está a punto de comenzar hostilidades contra el ejército invasor bajo las órdenes del general Zacarías Taylor, por órdenes del presidente James Polk, quien a toda costa y bajo políticas expansionistas la invasión resulta su legado a la historia de su país o eso piensa.
El lugar será La Angostura, el camino hacia San Luis Potosí perteneciente a Coahuila, un estrecho paraje en donde Santa Anna pretende como estrategia “ahorcar” en número al ejército invasor, dejando solo un paso para que entren y el Ejército del Norte detendrá la entrada por esta vía, obligando -si todo sale bien- a tener que rodear el invasor por otro camino atrasando su llegada a la capital ¡Si es que lo lograsen!
Mientras el invasor enfrenta al ejército de Santa Anna el país entero de manera interna, se confrontan ante la ley que emana del vicepresidente Valentín Gómez Farías, al comienzo los enfrentamientos son de manera verbal y jalones de solapas ¡Pero al enterarse que varios gobernadores se están haciendo de ejército! La muchedumbre salió a las calles para evitar primero que la ley no se aplique y en segundo, que los gobernadores no repriman cualquier intento de discrepancia de manera hostil.
El decreto salió a la luz pública en todo el país el mismo 18 de enero, pero los habitantes de ciudades capitales los quitaron, algunos gobernadores mandaron a los alguaciles a reprimir y arrestar a quienes lo estuvieran haciendo, en ello participaron comerciantes, civiles, amas de casa, curas y obispos de las diferentes diócesis ¡Dejando un verdadero problema! Al suscitarse el primer día en Querétaro, Puebla, Guadalajara, Zacatecas y Aguascalientes varias muertes por enfrentamientos. Las ciudades entraron en estado de pánico y las plazas públicas se convirtieron en pequeños campos de batalla, por un lado, los conservadores centralistas que buscan que la corona y el sistema comercial virreinal de minas con más de trescientos años regrese y por otro los republicanos que buscan la construcción de una república basados en un modelo norteamericano, de las logias escocesa y Yorkina.
¿Cómo aprender a ser presidente en un país que vivió trescientos años de virreyes? Sencillo aplicando las bases de la masonería, así fue durante casi todos los primeros veinticinco años después de consumada la independencia de México.
En la Plaza Alta de la ciudad de Querétaro, esa que mantiene en un pedestal la efigie del Marqués de la Villa del Villar del Águila Juan Antonio de Urrutia y Arana Pérez y Esnauri rodeado de la fuente que donó, entre muchas más a la ciudad en el siglo XVIII junto con el suntuoso y útil acueducto de nuestra Señora de Santa María de las Capuchinas -nombre dado por el ayuntamiento de obras una vez que el Marqués registró el proyecto en la ciudad de México- del cual el propio fue presidente vitalicio del patronato de aguas de la Alameda que también gobernó, se encuentran agazapados pegados a la Casa del anterior Tomás de Ecala, protegidos por los pilares de esta obra que a bien sirve de habitación del descendiente Manuel López de Ecala quien gobernara Querétaro en 1830 y que ahora goza de pésima salud, ahí están todos los liberales de la ciudad, fuertemente armados.
De frente a la Plaza Alta se encuentran los conservadores dentro de lo que se conoce como la casa que habitó doña Josefa Ortiz de Domínguez, que desde consumada la independencia y al ser intervenida por el propio otrora emperador Agustín de Iturbide quedó como casa de obligaciones.
Y por la parte de la izquierda en lo que es la casa de los Fernández de Jauregui, agazapados de igual forma todos los pertenecientes al recién formado ejército del señor gobernador Sabas Antonio Domínguez dos escuadrones y de caballería, unos setenta efectivos fuertemente armados y listos para entrar a la pelea.
¿El motivo del enfrentamiento de esta tripartida? Dejar claro que la ley llamada de “Manos muertas” se va aplicar de una manera u otra. Recordemos que el propio gobernador de Querétaro pertenece al Constituyente Extraordinario de 1846 de la República Mexicana junto con Cayetano Rubio, textilero; Pedro José Echeverría y Francisco Sánchez de Tagle prominente abogado y férreo defensor del liberalismo. Ya se tiene el antecedente del enfrentamiento de la policía del gobernador contra los conservadores, de la cual salieron ocho muertos entre ellos un comerciante de la ciudad.
La mañana destella en fulgurantes alegorías doradas, una neblina hace favor del frío que asola la ciudad, parvadas de tordillos se levantan en vuelo tapando los fulgores y las campanadas de todas las parroquias anuncian que los conservadores están listos para el pequeño enfrentamiento, quienes ocupan la casa de la Corregidora.
¡No ha sucedido nada!
Del bando del ejército del gobernador Sabás Domínguez surge la primera llamada de atención, un capitán sale con su sable extendido a recorrer la plaza.
– ¡Señores buenos días! – ante todo la educación- cabe recordarles que por orden explícita del señor gobernador deben de retirarse a sus aposentos hogares y dejar esta plaza libre de cualquier emancipación, se les dará hasta el medio día para que lo hagan, de otra manera tendremos que entrar a desalojar toda la plaza en su totalidad.
¡Campante se sintió seguro cuando un disparo salió de parte de los liberales de la casa de Tomás Ecala! Haciéndole caer de cuerpo al piso ¡De inmediato el primer escuadrón saltó a la plaza y se dejó ir hacia la posición de los liberales!
Mientras rescatan al capitán, los conservadores al mando del comerciante Juan N. Soto salieron a interceptarlos dejando caer las espadas – mal utilizadas, seguramente era la primera vez que lo hacen- hiriendo a varios soldados ¡Ellos al sentirse en ataque reaccionaron e hirieron de gravedad al comerciante y tres de sus hombres! Quedaron tendidos en la plaza sin que nadie hiciera algo por ellos.
De los tres bandos saltaron al enfrentamiento burdo y absurdo de quienes a las armas nunca habían sido bautizados ¡Aquello fue un desorden! Los uniformados solo eran el ejército del gobernador, los civiles cayeron en confusión porque entre conservadores y liberales las vestimentas eran las mismas ¡Fuego amigo! Estando en pleno enfrentamiento los conservadores que ahora están bajo el comerciante Ignacio Hernández deciden replegarse para contar cuantos habían quedado, siendo que en la plaza hay tendidos varios heridos y probablemente fallecidos ¡Aún no lo saben!
Aprovechando el repliegue la caballería del gobernador ¡Irrumpe en todos los flancos y destrozan cuerpos! Conservadores y liberales son heridos de gravedad ¡Al unísono del ataque sorpresivo los policías y alguaciles de la ciudad por detrás de las arcadas atacan! Para lograr tomar prisioneros y terminar de una vez y por todas con este ridículo enfrentamiento.
¡La plaza alta quedó llena de sangre! Mientras que fueron prisioneros más de sesenta personas entre unos y otros, cuando quitaron las barricadas las mujeres a gritos y empujones tratan de buscar entre los heridos y muertos a sus esposos, hermanos e hijos ¡Todos los heridos fueron llevados a diferentes dispensarios, tanto de parroquias como civiles, los muertos llevados a su identificación y consigna a los detenidos.
El pequeño ejército del gobernador celebraba con vítores y vino la toma de la plaza ¡Aunque realmente fue una contención más que un ataque! Cabe señalar que por las ocupaciones del gobernador Sabás Antonio en el constituyente poco está en la ciudad, en el enfrentamiento ni siquiera se enteró de tal hasta ya la noche, cuando le llegó el postal de caballería.
¡De inmediato partió de la ciudad de México a Querétaro!
Las familias de todos los conservadores y liberales ya tenían un verdadero desorden en el cabildo ¡Donde exigían el lugar a donde llevaron a sus familiares! Una pronta respuesta a todo lo acontecido ¡Cosa que nadie explica!
Los comerciantes Antonio Dominzain, Domingo José de la Vega, Anastasio Contreras, Laureano Segura y Mario Fernández de Jáuregui partieron hacia el pueblo de Santa María de los Dolores a conseguir más armas y algunos mercenarios que desearan defender el comercio de manera armada. Los liberales como Cayetano Rubio y Antonio López hicieron lo propio, pero fueron a la ciudad de México a rendirle al gobernador lo sucedido, una de las grandes preocupaciones de la textilera era que la chusma – como ellos le decían- se convirtieran en turba y saquearan algunos comercios liberales que gustaban de la explotación de sus trabajadores ¡Aprovechando la revuelta!
Para entrada la noche la ciudad estaba llena de vigilancia del ejército del gobernador ¡Que sí tuvo bajas importantes! Los dispensarios llenos de heridos y los servicios fúnebres tenían también trabajo de sobra. Todo este enfrentamiento se da mientras los invasores norteamericanos están a nada de comenzar hostilidades, la ley expedida ese 11 de enero de 1847 obliga a los obispados a las diócesis a que aporten las siguientes cantidades.
El de Puebla se le obliga a dar dos millones que incluyen Veracruz y Tlaxcala, a la de Guadalajara un millón doscientos cincuenta mil pesos que incluyen Zacatecas, Aguascalientes San Luis Rey y Colima; al obispado de Michoacán le corresponden un millón setecientos cincuenta mil que conforman las diócesis de Guanajuato, Durango, Oaxaca y parte de San Luis Rey y el arzobispado de México cinco millones que incluyen las diócesis de Querétaro, San Luis Rey y parte de Veracruz.
¡Ante esto se pretende juntar diez millones!
Aparte de los veintiséis artículos que determinan la obligatoriedad, el proceso y la forma de ejecutar dicha ley ¡Ahí estaba el asunto a resolver!
Se denominó a la real academia de San Carlos como el lugar físico de donde se llevarían a cabo las subastas, vigiladas por gobernadores y vocales, se formarán juntas para realizar un censo de las propiedades de la Iglesia que ocuparan el monto – esto fue de lo que más molestó- en carácter de obligación el gobernador de cada estado deberá ser quien vigile el proceso.
Pero el artículo que volteó de cabeza al país fue el noveno:
Los jueces, tanto eclesiásticos, como civiles, que conozcan de los negocios sobre testamentos, y los albaceas y personas encargadas de bienes que tengan destinos piadosos, remitirán a las juntas manifestación circunstanciada de dichos bienes, para que las mismas juntas, distinguiendo los comprendidos en las excepciones del artículo 2° de la ley, de los que puedan ser ocupados, procedan inmediatamente a recibirse de ellos.
Obligaba de cualquier manera que los bienes de la iglesia pasaran a la venta solo en efectivo, sin créditos ni papeles, y que la junta de San Carlos vigilara que no hubiera fraude, prestanombres, ocultación o cualquier forma de evadir esta orden.
Los obispos de México están ofendidos, cierto que por medio de patronatos se había sostenido la protección de los bienes de la iglesia, aquellos que sustentaban no solo la historia artística o el fundamento de las obligaciones de archivos de la población en nacimientos, matrimonios y defunciones, sino que eran los principales prestamistas de todos quienes hicieron una guerra desde las de independencia misma ¿Cómo ahora se van por el bien inmueble?
Las reacciones de enfrentamientos están azuzadas por una parte hacia lograr que se junte la cantidad de dinero para el ejército del Norte, pasando por que el decreto del 11 de enero de 1847 de Manos Muertas establece el cómo hacerlo, finalizando por la oportuna situación de una vez y por todas lograr quitar el mayor número de bienes a la iglesia.
– ¡Hasta aquí el parte de actividades su serenísima! – reporta el postal de caballería que le lee al comandante del Ejército del Norte Santa Anna, de lo ocurrido en las diferentes ciudades donde se está aplicando la ley de Manos Muertas para lograr conjuntar los quince millones que necesita este numeroso y poderoso ejército.
– ¿Qué más me reporta capitán?
-Tenemos entendido que está costando mucho esfuerzo el lograr hacerse de las cantidades que solicita serenísima, por una parte, los obispos no desean colaborar de la forma en cómo se les ha invitado, dicen que afrentan lustros de acompañamiento entre los pares, la Iglesia de México, dicen su señoría, está pagando revueltas a todos quienes deseen hacerse de armas para lograr para esta ley, abusando de las personas que sienten afrenta, les defienden.
-Ven mañana a primera hora, te daré la respuesta a esta situación que debes llevar al constituyente y en específico al gobernador Sabás Domínguez, para que de una vez y por todas termine con este embrollo en Querétaro.
Continuará…