SILVIA HERNÁNDEZ
Hace algunos días al celebrar el Día de la Mujer en Nueva York, el Secretario General de las Naciones Unidas dijo que, si se sigue por la senda actual, harán falta trescientos años más para que las mujeres gocen en el mundo de igualdad plena.
Citó para ejemplificar su dicho lo que sucede en Irán, en Afganistán y en el África. Creo que el Sr Guterres consideró que sería demasiado extenso hacer la lista de aquellas naciones en las que la distancia hacia la igualdad es cada día más larga. De hecho, sería imposible que diera el nombre de una sola donde esa igualdad es plena, indubitable y total.
Soy más optimista que el Secretario Guterres.
Me gusta ver el vaso medio lleno y por ello celebro con entusiasmo lo que se ha logrado en México en las décadas recientes.
Recientemente le escribí a Sergio Arturo Venegas un par de líneas por WhatsApp al ver en primera plana de Plaza de Armas, las fotos de varias queretanas que hoy ocupan cargos públicos. Fue una foto de coincidencia porque el diario simplemente reportaba noticias digamos del día a día. No era el Día de la Mujer como es hoy. Era digamos un día normal. Y lo que se veía con toda normalidad era a mujeres haciendo declaraciones, anuncios o tomando posición política ante los hechos de nuestro Estado.
Me alegré. Lo festejé. Me pareció aliciente y hermoso. Hace cuarenta y un años me convertí en la primera senadora queretana. Después lo fui dos veces más acumulando quince años de trabajo en el Congreso de la Unión y gocé del privilegio de ser Secretaria de Turismo del Presidente Ernesto Zedillo.
Las jóvenes de hoy no lo recuerdan, no tendrían por qué, ni lo saben.
En el año ochenta y dos éramos seis senadoras en total. En el gabinete presidencial, tres Secretarias. En la Cámara Federal de Diputados hoy ocupan más curules las mujeres que los hombres. La legislación electoral nacional obliga a los partidos políticos a proponer igual número de candidaturas de hombres que de mujeres y México tiene una de las proporciones más altas de gobernadoras estatales ya no digamos en las Américas sino entre la mayor parte de las naciones del mundo.
Yo espero que en Querétaro veamos eso muy pronto. Lo veremos. Tenemos en primera fila a Lupita Murguía quien lo merece y estoy segura de que otras querrán competir sabiendo que eso en Querétaro ya es normal. Cuando yo lo hice, las sentencias del Tribunal Electoral a mi favor no alcanzaron para remontar los obstáculos que interpuso el abuso de poder a mi candidatura legítima.
Hoy eso se llamaría violencia de género y quizá otro gallo cantaría. Pero todo tiempo pasado, pasó. La memoria debe ser aliciente para vivir con felicidad lo que llega y para trabajar por aquello que deseamos ver como se dice, con nuestros propios ojos.
Los que miro con los míos me gusta. Mujeres por todos lados. Activas, exitosas, contentas y libres.
¡ Feliz Dia de la Mujer!