¡Quédate en casa¡ ¡Quédate en casa¡ ha sido el llamado, la súplica, el slogan, el ruego con que los tres niveles de gobierno han conminado a los mexicanos a no salir a la calle, estrategia que si bien no prohíbe el libre tránsito ni obliga al aislamiento, se propone convencer a la gente de que quedarse en su casa, no recibir visitas, no visitar, no asistir a espacios muy concurridos para impedir contagiar y contagiarse del virus del 19 que nos cambió la vida en el 20. De tal magnitud es el llamado, que los estudiantes han dejado de ir a la escuela, muchos oficinistas a su centro de trabajo y recelosos de caer enfermos y morir, los abuelos han dejado de ver a sus hijos y nietos durante meses y actualmente muy de lejos, muy de vez en cuando.
Contradictorias al llamado para amainar tan desolador panorama que amenaza con prolongarse y hasta complicarse y regresar a la etapa de restricciones severas, son las políticas de atención a ciudadanos en oficinas públicas. Ya escribí sobre el pésimo servicio bancario que mantiene a sus clientes, esos que le dejan excelentes dividendos, en la calle, a la intemperie y con pésima atención tanto en sus instalaciones como vía telefónica, dado que han aprovechado la pandemia para despedir empleados. También en la calle esperan quienes acuden a los Juzgados, SAT, INFONAVIT, CFE, entre muchas otras instituciones u oficinas y dependencias que han disminuido personal, despedido, descansado o dejado de contratar y que mantienen a sus usuarios, clientes o sencillamente ciudadanos que ameritan atención, a la intemperie, por horas, suponiendo convenencieramente que estos no enfermaran al aire libre, aunque el aire sea aironazo y el sol solazo, y sí lo harán adentro de sus oficinas, con la sana distancia y atendidos eficientemente.
En el SAT de Querétaro las citas se han reducido a casi nada, no hay dicen los usuarios desesperados quienes han tenido que buscarla, para casos urgentes, en Guanajuato o en Guadalajara. Las oficinas del INFONAVIT amanecen con filas tan largas que envidiaría cualquier tortillería y en los Juzgados, bien se podían dirimir los casos en la espera banquetera de horas; sin embargo, muchos de éstos duermen el sueño de los injustos porque también al interior, inexplicablemente se alarga, con y como el covid-19, su resolución.
Esta forma necia y absurda pero ahorradora del comportamiento de instituciones, dependencias y oficinas no es exclusiva de la ciudad de Querétaro, se replica en los municipios y en oficinas del INE, cajas populares, aseguradoras, etc. Muchas que no tienen a la gente en la calle, pero si sin respuesta, ni telefónica siquiera, siempre excusándose bajo el generoso paraguas de la pandemia. Es evidente que los únicos beneficiados son los que ahorran en personal comenzando con el de limpieza y vigilancia e insumos básicos. No creo que las quejas valgan, si así fuera ya hubiese intervenido alguna autoridad para corregirlo, porque quejosos abundan. Lo que pasa es que las entidades gubernamentales son las primeras que ganan al reducir ellas también su abanico de servicios.
Hoy la gente se puede codear en tiendas, centros comerciales, bares, antros y restaurantes, pero en oficinas y dependencias, cuyo servicio es prioritario, no hay citas, no hay resultados, no hay personal y a cuentagotas accede el usuario. En amarillo o en anaranjado, los contagios y fallecimientos causados por covid-19 siguen y ninguna autoridad obliga ni se obliga a atender a la gente digna y eficazmente ni AL TIEMPO.