“¡A México se le respeta! ¡A México se le respeta!”, gritó medio centenar de mexicanos, la mayoría militantes de Morena, afuera de la Embajada de Ecuador, donde cantaron el Himno Nacional, acusaron al “imperialismo yanqui” y refrendaron su apoyo al Presidente Andrés Manuel López Obrador.
El altavoz tenía la figura del Mandatario federal y la leyenda “Delfifans”, en honor a la morenista Delfina Gómez. La primera en dar un discurso fue una profesora del Instituto Nacional de Formación Política de Morena y socialista, Alina Duarte.
La protesta con banderas mexicanas, carteles y una matraca fue organizada hoy mismo, tras la irrupción de la Policía de Ecuador a la sede diplomática de México en Quito para detener al ex vicepresidente Jorge Glas, condenado por corrupción, quien se había refugiado ahí desde diciembre.
“Lo que vimos el día de ayer en nuestra Embajada fue la invasión de un gobierno que, violando todo derecho internacional, no le importó agredir no solamente un espacio mexicano, sino que también decidió agredir a todo el cuerpo diplomático”, dijo Duarte.
“Lo que vimos no es la detención de un delincuente, es la culminación de un acto de persecución absoluta en contra de una facción y una corriente ideológica progresista en Ecuador. Esto ha venido ocurriendo desde hace muchísimos años. Se han inventado cuanto cargo posible y llegan al ridículo como ocurre aquí en el país, lo que está haciendo también nuestro Poder Judicial”.
La protesta, muy pequeña en comparación con el dispositivo de vallas y policías para resguardo en la Calle de Tennessee en Polanco, inició tarde, con unas 30 personas, cuando llegaron dos mujeres cargando una bandera de México y la leyenda “Fuera el imperialismo de Abya Yala”.
Los asistentes acusaban desde el supuesto avance de “las derechas”, la deuda de Salinas Pliego, el imperialismo estadounidense o los altos salarios en el INE.
El único argumento común fue la condena del ingreso a la fuerza de la Policía de Ecuador a la Embajada, algo que ni Gran Bretaña hizo contra la Embajada de Ecuador en 2012 para detener a Julian Assange, fundador de WikiLeaks.
“Más bien te preguntaría por qué no manifestarse cuando acaban de violentar nuestra soberanía. Ni en las peores dictaduras se había hecho una situación de esta naturaleza. El Presidente López Obrador pudo haber hecho algún comentario, pero eso no justifica lo que hizo el gobierno de Ecuador, entrar con gorilas, porque esos son gorilas, el Ejército, entrar a la sede diplomática, agredir a uno de los diplomáticos. Jorge Glass es un perseguido, él fue ministro durante el gobierno de Rafael Correa y bueno, los gobiernos progresistas no le gustan al tío Sam, y había que atacarlo de alguna manera”, dijo la señora María Alvarado.
Momentos antes de inicio de la protesta, autoridades retiraron unas fotografías que estaban colgadas en las rejas de la Embajada, cambiaron de lugar una bandera de Ecuador, en el jardín interno, y por la mañana la Policía colocó vallas para evitar que se acercaran.
Un hombre que traía una bufanda árabe atribuyó la poca asistencia al llamado que hizo la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, a no asistir a la Embajada, vacía desde la mañana.
La manifestación continuó con cada vez más gritos de apoyo al Presidente López Obrador. “¡Es un honor estar con Obrador!”, coreaban.