Todavía en México un grupo importante de personas se debate en la consideración de si la epidemia es pasajera o será permanente, mientras son peras o son manzanas, los empresarios desarrollan nuevas formas de trabajo. La apuesta, prácticamente mundial, se ha inclinado por considerar que es el teletrabajo la mejor opción, ante los peligros que implican el virus y el contacto personal. En la entrega pasada analizamos los posibles beneficios de su aplicación en México a través de la propuesta del decreto de la senadora panista, Alejandra Reynoso. No obstante, se apuntan algunos riesgos de su adaptación en nuestro país. Riesgos.
1.- Pueden generarse conflictos con los servicios financieros; la ciber seguridad, especialmente vulnerable a las indiscreciones de terceros; la privacidad y la exposición de información confidencial.
2.- Problemas psicosociales relacionados con el aislamiento y las líneas difusas entre el trabajo y la vida privada. Uno de los grandes beneficios del tele trabajo es la permanencia en el hogar, pero lo cierto es que la costumbre nacional se resume en lo que decía una amiga: “En una familia mexicana lo primero que sale en la mañana de la casa son: la basura y el marido”. No va a ser fácil en la dinámica familiar que se viva y se trabaje en el mismo lugar.
3.- El trabajo en casa se sustenta en el acceso de la población a las tecnologías de la información y la comunicación, incluida la banda ancha. Es necesario no solamente que todos estemos conectados sino que también haya una reducción en los costos de los servicios de las telecomunicaciones. La competitividad y las ganancias son los grandes estímulos de los empresarios para apoyar esta nueva modalidad de trabajo.
4.- El mundo de las relaciones obrero patronales obligará a toda una nueva legislación laboral, por ejemplo las relaciones sindicales ¿Cómo serán organizadas? ¿A quién corresponderá el pago de los impuestos? La tabulación del salario de los trabajadores, ¿Será diferente por trabajar dentro de la empresa o desde la casa?. Los empresarios estarán preocupados porque no se abuse de la flexibilidad del horario y habrá que replantearse las formas de vigilancia, control y comunicación.
5.- Gabriel Zaid, afirma que uno de los problemas para la adaptación del trabajo en casa es que las viviendas no están adaptadas para esta posibilidad. Efectivamente, uno de los beneficios es no salir, pero las casas del INFONAVIT, que yo sepa, no están construidas para tener la oficina en la casa. No lo están en Estados Unidos, que al avanzar esta modalidad han puesto en crisis la producción de escritorios y computadoras de trabajo.
Lo importante es prepararnos para una realidad que ya nos atropella. Un ejemplo: las reuniones utilizando el zoom pasaron en Estados Unidos de diez millones en el 2019, a 300 millones en lo que va del 2020. A nivel internacional las empresas que ya recurrieron al “home Office” es del 72% y afirman que lo seguirán haciendo. En otras palabras, si México quiere seguir inserto en una economía globalizada el tele trabajo es la solución.