Por primera vez, desde el gran premio en 2019, la Fórmula Uno regresa a China con doble competencia.
Aunque no se trata de una pista nueva, el asfalto ha cambiado por la falta de uso y los monoplazas también son diferentes, así que será el reto será encontrar la mejor puesta a punto para la carrera del domingo y la primera Sprint de la temporada.
“Nos gusta volver a China porque el circuito es muy bueno para la F1. En esta ocasión es un doble desafío porque hace mucho tiempo que no corremos allí y porque hay carrera sprint, la primera del año, donde hay puntos extras a ganar”, comentó Christian Horner, jefe de Red Bull.
El equipo de las bebidas energéticas supone que la degradación de los neumáticos será alta, así como en Australia y Japón, lo que determinará al ganador.
“Está vez llegamos prevenidos, pero este circuito será como si fuera nuevo para todos. El graining será el factor determinante y Ferrari es muy competitiva en este caso como hemos visto en Albert Park.
“La primera curva es eterna y después hay una serie de curvas de alta velocidad, lo que castiga mucho las gomas delanteras., sobre todo la delantera izquierda. Por supuesto, no nos rendimos, pero tenemos claro que los Ferrari serán nuestros grandes rivales”, aseguró el mandamás.