Si bien en términos generales los salarios en México estaban rezagados y era necesaria una actualización, inquieta que ésta no haya sido acompañada en el sexenio que está por terminar de una política que impulsara la productividad, señalaron expertos.
Cifras del IMSS muestran que mientras del 2008 al 2023 el salario medio real en las manufacturas subió 17.1 por ciento, la productividad laboral en el sector apenas lo hizo en 5.9 por ciento, de acuerdo con el Inegi.
Este contraste tiene preocupados a los inversionistas, reveló Tony Payán, director del Centro México-Estados Unidos en el Baker Institute, de la Universidad de Rice.
“El tema del salario es súper importante, porque si bien es cierto que el salario en México estaba reprimido y era necesario subirlo, la realidad es que el aumento no vino acompañado de una mayor productividad por trabajador (en la misma proporción).
“Cada trabajador recibe hoy al menos dos salarios mínimos, cuando antes recibía uno, pero produce exactamente lo mismo, y la verdad que México no ha invertido en capacitación y habilidades humanas, ni en tecnología, ni en desarrollo científico”.
Añadió que la inversión en investigación y desarrollo científico en México está fallando, lo mismo la inversión física en escuelas, en el sistema educativo, y eso afecta a la productividad.
Un análisis la Reserva Federal de Dallas plantea que a pesar de una serie de reformas implementadas en México desde 1986, como la apertura al comercio y a la inversión, y la privatización de empresas estatales, el bajo aumento en la productividad se vio reflejado en el PIB per cápita, que en el periodo 1980-2019 apenas tuvo un alza promedio anual de 0.7 por ciento.
En ese lapso, en países similares como Chile y Corea del Sur las alzas per cápita fueron de 3.0 y 5.3 por ciento, respectivamente.
“Esa brecha se explica por el bajo aumento de la productividad”, señaló el banco.
“El crecimiento económico de México ha sido impulsado en gran medida por una fuerza laboral en expansión y en menor medida por la inversión de capital, lo que refleja la posición de larga data de México como principal socio comercial de Estados Unidos.
“Sin embargo, este progreso se ha visto contrarrestado por el bajo aumento de la productividad total de los factores (PTF), es decir, la eficiencia con que se utilizan los insumos para generar producción. La PTF es el principal motor del crecimiento en la mayoría de las economías avanzadas y emergentes”.
La Reserva Federal de Dallas explicó que la productividad aumenta con la mejora tecnológica, pero en México la han frenado el mal funcionamiento de los mercados crediticios, que limitan el endeudamiento; los grandes monopolios en ciertas industrias, que frenan la competencia y elevan los costos, y un gran sector informal que reduce los ingresos fiscales y limita el tamaño de las empresas.
Aunque el nearshoring ha cobrado impulso y representa mayor inversión de capital, advirtió que sin un alza en la productividad será poco probable que el PIB per cápita suba.