Donald Trump no es un político querido en México. Más del 80 por ciento de los mexicanos tienen una opinión desfavorable de él, según una encuesta reciente de El Financiero. Pero, aunque pareciera que las ideas y políticas de Trump están muy lejos de lo que los mexicanos deseamos, en algunos aspectos actúa de manera similar a los gobiernos de la Cuarta Transformación. Te comparto seis rasgos que nos suenan familiares:
1
La continuación de un pasado glorioso. A Trump y a Morena los alimenta es el deseo de completar el diseño inacabado de los padres de la patria de Estados Unidos y México. Trump quiere restaurar un pasado dorado y llevar a Estados Unidos hacia una nueva aventura de conquista, inspirados en “el sueño americano” y la Doctrina Monroe, de ahí que busque llegar a Marte y volver a controlar en el Canal de Panamá.
2
La culpa es del pasado. Trump y Morena fundamentan sus plataformas en el rechazo de las políticas de gobiernos pasados que han traicionado a sus pueblos. Morena culpa al neoliberalismo de todos los males de México, mientas que Trump reclama a los demócratas el declive estadounidense por alejarse de la cultura meritocrática y promover una forzada reingeniería social en temas de equidad de género, raza y diversidad sexual.
3
Desdén por las instituciones y el equilibrio de poder. Para Trump hay dependencias del gobierno e instituciones que han servido a intereses que dañan a la sociedad estadounidense. La justicia y el FBI, por ejemplo, han sido usados con fines políticos y dependencias como la Administración de Protección al Ambiente han frenado el impulso explorador y conquistador que caracterizó a los colonizadores del oeste estadounidense. Como en México con muchos de los órganos autónomos, el propósito del gobierno de Trump es eliminar o debilitar a las instituciones que puedan contrarrestar sus decisiones.
4
La estridencia del lenguaje. El lenguaje de Trump es exagerado y extremista, usa términos como “terrible”, la Unión Europea han hecho algo “atroz” porque no compra “nada” a Estados Unidos; México y Canadá han “abusado” de EU mientras que EU ayuda a “todos”. Ese lenguaje exagerado, como el que también Morena, arrincona a los adversarios y complica la construcción de diálogos y puntos de encuentro porque no existe término medio.
5
El dominio de las ocurrencias. Las ideas de Trump de renombrar el Golfo de México como Golfo de América, conquistar Marte o imponer aranceles, pueden provenir del mismo acucioso análisis que nos llevó a construir una megafarmacia, anular el horario de verano o elegir a jueces como la mejor opción para mejorar la impartición de justicia en México.
6
La comunicación constante y desprecio a los medios de comunicación tradicionales. Trump sabe que su capacidad de promover cambios y generar respaldos hacia sus políticas se basa en su capacidad de persuadir y comunicar sus acciones y motivaciones. Sus declaraciones y discursos son un medio para mantener a sus detractores a la defensiva y en alerta. También sabe que los periódicos y las principales cadenas de televisión, radio y periódicos le son adversos, por eso abrirá la sala de prensa de la Casa Blanca a periodistas de Youtube y medios alternativos como ocurre con la conferencia mañanera mexicana.
Quizá por estas similitudes, los mexicanos podamos entender mejor lo que motiva a Trump y diseñar una estrategia más efectiva para sortear el reto de su presidencia. En cierta forma, el gobierno de la Cuarta Transformación ha encontrado en Trump la horma de su zapato.
CEO de OCA Reputación
@aocaranza