Hasta ahora dos han sido las medidas ecológicas de importancia en el centro de México. Ambas afectan a las principales empresas públicas del país. –Pemex y CFE–, siempre indiferentes e impunes por las repercusiones medioambientales de sus actividades esenciales.
La primera de esas acciones fue impuesta por el expresidente Carlos Salinas: cerrar la refinería de Azcapotzalco, llamada 18 de marzo. Pues con todo y el contenido simbólico, fue cerrada para darle sitio a un parque público.
La segunda, la decisión de la presidenta Claudia Sheinbaum de convertir energéticamente la central termoeléctrica de ciclo combinado (CTT), de Tula, Hidalgo.
El anuncio fue hecho en estos términos y bien valdrán las explicaciones técnicas posteriores. Es una medida importante.
“…Pero, además, vamos allá en Tula, en Tula, Hidalgo, que se caracteriza lamentablemente por ser una de las ciudades más contaminadas de México. Bueno, de una vez lo voy a anunciar —Julio, eso no lo sabes—: la termoeléctrica que ya está en Tula (CTT), que usa combustóleo la vamos a convertir a gas natural.
“Este año vamos a iniciar con ese proyecto.
“Todo el río Tula y todos sus afluentes los vamos a sanear, es un proyecto muy importante para mejorar el río Tula…
“Y también ahí en donde estaba, donde se iba a hacer la refinería de Calderón, ¿se acuerdan?, que nada más llegó una barda, ni completa, media barda.
“Bueno, ahí se está construyendo un hospital del IMSS, pero en ese lugar queremos hacer uno de los proyectos más ambiciosos de todo el sexenio, le llamamos “Un espacio para la economía circular”, se llama.
¿Qué quiere decir eso? Que la basura la vamos a convertir en algo útil.
“Entonces, la basura orgánica la vamos a convertir en pellets de carbón vegetal, es un proyecto nuevo de una fábrica que se va a hacer desde el Gobierno de la República. Y toda la basura de esa zona se va a recolectar y también se van a hacer Plantas de Tratamiento de Basura para poderlas reutilizar en otras cosas.
Entonces, esa ciudad la vamos a convertir en la ciudad más limpia y de mejor calidad de vida, que cualquier ciudad que haya en nuestro país…”
Iniciativa Climática de México elaboró (2021) un estudio en cuyas conclusiones –peores varios años después– se explica la gravedad contaminante de esa planta. Cambiar su sistema de energía por gas natural y eliminar el combustóleo, implica –cuando se haga–, un notable descenso en su capacidad tóxica.
“…las violaciones a las normas sobre Calidad del Aire de la Secretaría de Salud, tanto anteriores como actuales, son graves y ponen en riesgo la salud de los habitantes de la zona de influencia de las emisiones de la CTT.
“Actualmente la CTT infringe la NOM-086-SEMARNAT-SENER-SCFI-2005 por casi duplicar el contenido en azufre permitido; e igualmente infringe el permiso de generación emitido por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) donde únicamente se autoriza a la CTT al empleo de gas natural.
“El mantenimiento o aumento de empleo de combustóleo en la CTT, ha expuesto y continúa exponiendo a las localidades Pradera del Llano, Teocalco, El Llano y otras que se encuentran en una zona de mayor riesgo, a límites superiores a los permitidos por la NOM022-SSA1-2010 y por consiguiente de la vigente NOM-022-SSA1-2019…”
¿Y eso qué, diría algún despistado. Esta es una respuesta contenida en el mismo estudio por si alguien duda de lo evidente:
La exposición a contaminantes ambientales a corto plazo exacerba los síntomas de enfermedades agudas como patologías respiratorias y cardiovasculares, complicaciones neuropsiquiátricas, irritación de los ojos o enfermedades de la piel; mientras que las exposiciones a largo plazo son probablemente los principales causantes de enfermedades crónicas como el cáncer (Ghorani-Azam et al., 2016; Zhong et al., 2019).
En fin, ahora sólo queda esperar. A ver si es cierto…