Mayolo López
Las pelotitas rodaron por el suelo, las dudas afloraron y una senadora hubo de introducir al salón de plenos un pizarrón para explicar a sus compañeros los de por sí enredados procedimientos con los que se sortearon, con un par de tómbolas, 350 plazas de Magistrados de circuito y 361 de jueces de distrito.
El Segundo Piso de la 4T consumaba, en una fría mañana de octubre, el inédito ejercicio con el que se dará forma a un Poder Judicial fruto del azar, concebido al amparo de la reforma constitucional que Morena había consumado a mediados de septiembre.
En total, irán a la elección del primer domingo de junio del próximo año 464 magistraturas y 386 jueces, considerando las vacantes que ya se tenían que renovar.
Los enredos sobrevinieron con los procedimientos que con mucho trabajo intentaba explicar el presidente del Senado, el morenista Gerardo Fernández Noroña.
“Como cualquier obra humana, con algún error, con algún tropiezo en su momento, pero creo que salió muy bien el ejercicio”, dijo.
Primero fue necesario modificar el acuerdo que regía los procedimientos porque no empataba con los cambios introducidos a la constitucional.
Y con el auxilio de 11 senadores del PRI, 45 minutos después de la hora convocada, la Mesa Directiva cantaba el quórum.
“Me voy a ir con calmita”, se justificó Fernández Noroña visto el trabuco que se le venía encima y certificado por el Notario Público 171 de la Ciudad de México, Juan José Barragán Abascal.
El rosario de cargos a sortear terminó por provocar confusión entre los parlamentarios. El presidente se veía obligado a señalar qué se iba a insacular. “Repito: el total de personas Magistradas de Circuito es de 927, la mitad de estos es 464 y ya existen 114 plazas vacantes, por lo que el resultado de la insaculación deberá ser de 350…”.
Muy pocos en el pleno podían seguir el hilo. En ese enredo, la senadora morenista Andrea Chávez ingresó con un pizarrón para intentar aclarar las cosas, casi con peras y manzanas, a sus correligionarios. El jefe del grupo, Adán Augusto López Hernández, le había acercado un plumín para que hiciera los señalamientos.