Pese al repunte que mostró en 2021 y 2022, como consecuencia de una mayor producción de medicamentos e insumos por la pandemia, la industria farmacéutica del País está desacelerando.
Cifras del Monitor económico y financiero elaborado por especialistas de CIAL Dun & Bradstreet muestran que en 2023 esta industria habrá crecido 4.5 por ciento, lo que representa una fuerte desaceleración tras el repunte de 11.2 por ciento observado en 2022.
Para 2024 se prevé un alza de apenas 1.3 por ciento.
El PIB esta industria sería de casi 6 mil millones de dólares en 2023, equivalente a 1.6 por ciento del PIB manufacturero, cifra que muestra la disminución del peso de la industria a nivel nacional; en 2007 su participación era de hasta 3 por ciento.
“Esta industria creció alrededor de solo 1.3 por ciento promedio anual entre 1995 y 2022, por debajo del 2.0 por ciento de la media manufacturera”.
La alta dependencia en importaciones sigue siendo uno de los principales retos a vencer.
Rafael Gual, director de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), explicó que en 2023 la industria se estabilizó, ante una regularización de la demanda.
“La pandemia generó un impacto fuerte en la industria, pero también la escasez de medicamentos en el sector público, que generó que las familias ampliaran su gasto privado.
Pero hoy todo ha tendido a estabilizarse”, señala.
Esta industria opera actualmente al 76 por ciento de su capacidad instalada, ligeramente por debajo del 78 por ciento de la media manufacturera.