En la celebración de la tercera jornada mundial de los abuelos y ancianos, Mons. Sacramento Arias Montoya, Vicario Episcopal para la Catedral recordó durante la celebración eucarística la petición del Papa Francisco de orar por los ancianos, especialmente los que se encuentran solos.
En esta celebración, también se llevó a cabo el Sacramento de la Confirmación de hermanos y hermanas comprometidos en llevar Fe, esperanza y caridad para el cumplimiento de los mandatos del señor.
Con este sacramento, explicó el reino de Dios y la presencia que tiene en el mundo a través de aquellos que acogen a Jesús y lo hacen presente en sus vidas. Con la parábola del trigo y la cizaña Arias Montoya explicó que las intenciones de Dios es que los que hacen el mal, se conviertan, y puedan hacer el bien mediante sus actos y pensamientos.
“Dios da oportunidad al pecador de qué se arrepienta, de que se convierta. Así es la misericordia de Dios, nosotros no seamos cizaña” mencionó a la par de llamar a los cristianos a avanzar en la conversión de su persona para no mentir, decir groserías, robar, ser deshonestos y dejar de hacer el mal mediante un examen de conciencia diario.
Dejar de ser cizaña es el mensaje que tiene la iglesia a fin de crear un país con mejor convivencia entre pequeñas acciones como una semilla de mostaza -según la parábola mencionada- para que entre muchos cambios, se pueda generar uno mayor en conjunto y convertirse en mejores ciudadanos y honestos cristianos con su testimonio y estilo de vida que cambiará su entorno para bien.
Por otra parte, también solicitó a los feligreses pedir por la salud y bienestar de los hermanos y hermanas que llegaron al Tepeyac en la peregrinación de la Diócesis Queretana encabezada por Mons. Fidencio López Plaza.