Ante poco más de 150 internos, el obispo de Querétaro, Faustino Armendáriz, ofició la misa de ceremonia de lavatorio de pies en el Centro de Reinserción Social de San José El Alto.
Ahí, el Obispo invitó a los internos a liberarse a través de la oración y del perdón, ya que el rencor y el odio es la peor de las cárceles para el espíritu, dijo.
Fue la mañana de ayer que el obispo Faustino Armendáriz exhortó también a los internos a permanecer unidos y no dejarse dividir por ideas y envidias.
“Hay muchas cosas que nos dividen, en primer lugar las ideas. Hay muchas cosas que nos dividen en cuanto a la manera de ser otro y la manera de ser y de actuar mía, quizá las actitudes como la envidia prevalecen porque yo no tengo o no soy como el otro y eso no nos lleva absolutamente a nada, nos lleva a esclavizarnos más de aquello que no es bueno para nuestros corazones”
Lo mismo expresó el Obispo queretano, el tema del perdón y de la oración, de quienes dijo, son la manera más segura de encontrar nuestra libertad, “pues cuando odiamos, cuando criticamos, cuando señalamos al otro, cuando deseamos los que los otros tiene, estamos condenados al sufrimiento, y esa es la peor de las cárceles para el espíritu”, dijo.
Faustino Armendáriz refirió que deben tener la seguridad de que cuando se arrepienten, Dios los perdona, mientras que ellos deben orar por alguien que haya realizado una injusticia con ellos, ya sea un juez, un servidor público o quien sea.
“Oren, pidan por quien los castigo, los condenó, sea un juez, un servidor público o quien sea, oren y pidan por ellos y así encontraremos el camino hacia el perdón…recuerden, amar al prójimo como a uno mismo”.
Enseguida, Faustino Armendáriz realizó el lavatorio a doce internos, los cuales fueron elegidos por buen comportamiento y que representaron a cada uno de los apóstoles.
“Esto es un ejemplo…lavar los pies no quiere decir que saliendo de aquí tengo que quitarle los zapatos a mi compañero y lavarle los pies, no, es más que eso, es muestra de humildad, de ayudar, de estar para los demás, de hacer algo por ellos…de que me sirve venir diario a misa y orar si no soy capaz de que saliendo de aquí puedo ofrecer ayuda a alguien más”.
POR: DANIEL PEÑA