Los datos no mienten: el desempeño de Pemex durante este sexenio -siendo amables con el término- deja mucho que desear, por lo que la siguiente Administración heredará una petrolera ahogada en sus finanzas, revela una presentación de Francisco J. Barnes de Castro.
Las cifras del ex Rector de la UNAM, ex subsecretario de Energía, ex comisionado de la CRE y ex director del Instituto Mexicano del Petróleo, no dejan duda alguna:
Aportaciones
Los ingresos que ha aportado Pemex al Gobierno federal en el sexenio han caído 56 por ciento versus la pasada Administración. La cifra neta sería menor si consideramos que el Gobierno le ha dado un 60 por ciento de los ingresos que le contribuyó.
Pérdidas
Las pérdidas netas de Pemex en el sexenio representan el 74 por ciento de las aportaciones de la petrolera al Gobierno. Por cierto, 80 por ciento de esas pérdidas son de la división de Pemex que incorpora a sus refinerías.
Apoyos
A pesar de que el Gobierno ha apoyado a Pemex con 798 mil millones de pesos en el sexenio, la deuda total de la petrolera creció en 250 mil millones de pesos, un 7 por ciento respecto al final del sexenio pasado. La deuda de corto plazo pasó del 13 al 29 por ciento del total. Pemex multiplicó por 2.5 su deuda de corto plazo.
Reestructura
Pemex está batallando para refinanciar su deuda, por lo que su perfil de vencimientos de corto plazo ha aumentado. Los vencimientos del año en curso más el siguiente se multiplicaron por cuatro entre diciembre del 2018 y del 2022. En moneda extranjera, esa misma comparación se multiplicó por dos.
Como ejemplo de la dificultad de refinanciar a largo plazo está la renovación de finales de noviembre de alrededor de 8 mil 300 millones de dólares a través de dos líneas de crédito a corto plazo. Pemex obtuvo un primer financiamiento por 6 mil 500 millones de dólares a tres años y un segundo financiamiento por mil 800 millones de dólares a seis meses
Costo de deuda
El costo de la deuda de Pemex está entre 4 y 6 puntos porcentuales más que la deuda soberana de México. Como punto de referencia, el sobrecosto de la deuda de Petrobras sobre la deuda soberana de Brasil es de apenas 0.5 puntos porcentuales.
Patrimonio
El patrimonio de Pemex es negativo, pero no sólo eso, sino que a pesar de los casi 800 mil millones de pesos con los que el Gobierno la ha apoyado su patrimonio negativo se ha deteriorado en 120 mil millones de pesos durante el sexenio. Ah, y este patrimonio negativo representa 71 por ciento de los activos de la petrolera.
Como si todo lo anterior no fuera suficiente, el desempeño operativo de Pemex en el sexenio también ha sido muy malo:
Operación
La producción petrolera ha caído un 3 por ciento, ubicándose en menos de 1.7 millones de barriles diarios, cifra muy alejada de los 2.6 millones de barriles que se prometió inicialmente y los 2.0 millones a los que luego fue modificada.
La utilización de las refinerías ronda en 50 por ciento, versus el estándar internacional del 90 por ciento (como el que tiene Deer Park, por cierto).
La mezcla de producción de refinados tiene al combustóleo con un 33 por ciento del total, versus un estándar internacional del 1 por ciento. Ah, y el combustóleo mexicano, con alto contenido de azufre, no puede ser vendido.
Lo que queda…
Luis Chavarría, director de la consultora Kepler Oil and Gas, sentencia: “Ya la única opción viable para salvar a Pemex es abrirla al capital privado”.
El especialista atribuye la inyección de recursos a Pemex a que el Gobierno busca cerrar la actual Administración con mejores cifras.
“Van a destinar recursos millonarios para entregar a la empresa lo menos endeudada posible, pero aun así, ya no podrán”, lamentó.
“Lo que se necesita son inversionistas privados que fortalezcan a la petrolera estatal, y si por ideología no quieren incluir capital extranjero, por lo menos que se abra a la inversión de los mexicanos”.
Chavarría advierte que la refinación de Pemex tiene tecnología obsoleta que implica paros técnicos de hasta cuatro o más veces por año, cuando el estándar internacional es de un paro para mantenimiento anual.
“Ahí, en la refinación, es donde más conviene abrir a extranjeros la inversión en Pemex, al menos con una participación de entre 10 o 15 por ciento”, expuso.
Jorge Arrambide Montemayor, titular del Comité de Regulación del Cluster Energético de Nuevo León, aseguró que la legislación vigente deja abierta la participación de inversión privada nacional, e incluso extranjera en Pemex.
“La única salida viable es el capital privado, pero por un lado es difícil que haya inversionistas que quieran invertir en Pemex por su altísima deuda e ineficiencia”.