La intención de prohibir el fracking para la extracción de hidrocarburos a nivel constitucional, podría dejar sin explotar 57 por ciento de los recursos petroleros del país.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), los recursos prospectivos con los que cuenta México se estiman en 112.9 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente.
De éstos, 64.2 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente, o 57 por ciento, corresponden a recursos no convencionales identificados en cuatro cuencas en tierra: Burgos, Tampico, Sabinas y Veracruz. En todos ellos, es necesario perforar con la técnica de fractura hidráulica para su extracción.
Desde el inicio de la Administración, se prohibió el uso del conocido fracking en el País por las afectaciones ambientales, pese a que el petróleo y el gas que México importa desde Estados Unidos se obtienen con la misma técnica.
Sin embargo, la iniciativa presentada por el Ejecutivo el 5 de febrero pone la prohibición a nivel constitucional.
Erick Sánchez Salas, vicepresidente de Rystad Energy, explicó que si no se busca aprovechar en estos momentos todo el potencial petrolero, incluidos los recursos no convencionales, se privaría al País de alcanzar niveles de producción superiores a los 3 millones de barriles diarios.
“La cifras de recursos prospectivos de la CNH de no convencionales son significativas. Casi el 60 por ciento de los recursos por explotar tendrían que ser casi forzosamente explotados a través de tecnologías de fractura”, explicó.
Además, apuntó que si bien es importante atender el tema del cuidado ambiental, ya existen tecnologías que minimizan el daño.
“Y no solo hablo de fracturamiento hidráulico, ya hay tecnologías que permiten hacer el fracturamiento de la manera que impacte lo menos posible y que se utilizan en diversas partes del mundo, no sólo son avances tecnológicos, sino temas de regulación, los cuales en caso de requerir agua, que sea agua tratada para impactar al mínimo los recursos hídricos”, puntualizó.
Gonzalo Monroy, socio director en GMEC, explicó que la prohibición del fracking implicaría dejar fuera una cantidad importante de los recursos prospectivos del País no sólo en yacimientos convencionales, sino incluso en áreas convencionales que actualmente están en explotación.
“Prohibir la facturación afectaría gravemente a Pemex porque ese fracking también se puede llegar a aplicar en recursos convencionales. Entonces, con esos cambios no sólo se quedarían en el subsuelo todos los recursos no convencionales, también algunos otros en áreas convencionales en las que actualmente se trabajan”, puntualizó.