Entrevistado por El Universal, el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez Servién dijo que le dio “mucha preocupación y miedo de que me convirtiera en una fuente de contaminación que generara un brote”.
Relató que tras darse a conocer su estado de salud, su hija se preocupó tanto que lloró. Reconoce que ha tenido fiebre, tos y dolor muscular pero ahora siente que va “de salida”, y desde su casa sigue trabajando.
Dijo no saber cómo ni dónde se contagió, pero subraya que ninguno de los integrantes de su gabinete, familiares y amigos cercanos se ha infectado.
Esta es la entrevista publicada este sábado por el periódico:
¿Cómo se siente, gobernador, después de que el lunes pasado dio positivo al Covid-19?
—Hoy, mejor. Empecé con los síntomas el pasado sábado, aunque ya desde el viernes presenté un dolor muscular fuerte por la tarde y ya el domingo por la madrugada tuve temperatura de 39 grados, junto con un fuerte dolor muscular y tos, fue ahí cuando solicité al Laboratorio de Salud Pública estatal que me hiciera la prueba. Nunca tuve problemas para respirar.
Me dieron paracetamol, me sugirieron un baño, y el lunes me dieron el resultado en el cual resulté positivo. Seguí manteniendo temperatura de 38.5 grados, con el mismo dolor muscular. También sentía unos escalofríos fatales con tos.
El martes bajó mi temperatura y seguí tomando paracetamol cada seis horas, baños en la mañana, mediodía y tarde (…). Ese martes mi temperatura bajó a 36.7 y en esas condiciones empecé a trabajar con mi equipo a través de videoconferencias, al igual que con el gobierno federal, pero a las 10 de la noche nuevamente empezaron los escalofríos y regresó la fiebre.
En la madrugada del miércoles me regresó la temperatura a 38.4 grados. Amanecí con temperatura regularizada y con molestias, fui muy precavido ese día debido a que estuve en reposo, además seguí tomando el paracetamol.
El jueves tuve un muy buen día, pues bajaron los síntomas de temperatura, el dolor muscular y la tos, tuve una buena noche. El viernes amanecí con temperatura de 36 grados, es decir, normal. No hay dolor muscular, bajó la tos a prácticamente a nada, y esto me tiene con la esperanza de que prácticamente voy de salida, pero será hasta miércoles o jueves de la semana que viene cuando me hagan la prueba nuevamente para poder salir a trabajar.
¿Colaboradores suyos resultaron positivos?
—No, gracias a Dios, no. Yo estaba muy inquieto porque el sábado pasado los convoqué en el Centro de Congresos. A esta reunión también asistieron los integrantes del Comité Técnico, que son nuestros epidemiólogos y directores de hospitales.
Cumplí con la distancia, pero una de las cosas importantes que quisiera compartir con los lectores de EL UNIVERSAL es que ya hice una reflexión profunda hacia atrás y en eso también me ha ayudado mi equipo.
No sé cómo me contagié de este virus Covid-19, no tengo ni idea, no logro ver que haya tenido contacto con alguien que tuviera el virus, entonces creo que lo pesqué en cualquier lado, en la calle; lo que nos dice es que esto es en serio y que en cualquier momento y lugar se puede contagiar una persona.
Es importante que todos hagamos caso a las recomendaciones para que desde ahora y hasta el 30 de abril nos encerremos para que se pueda ahogar a este virus.
Gobernador, ¿le dio miedo saber que tenía Covid-19?
—Sí, hay que decirlo, sí, porque más que por mi persona, el miedo es por el contacto con mi familia, con mi equipo y con muchas personas.
¿Todos los secretarios de su gabinete están aislados?
—No están totalmente aislados, algunos están trabajando en sus oficinas y otros más en casa. Estamos conectados de manera virtual, pues al día tengo de una a tres videoconferencias (…) que me permiten tener el mando y el timón de las cosas.
¿Qué le dijo su familia y la gente que está cercana a usted cuando supo que tenía Covid-19?
—Todos rompieron en llanto, por eso estoy totalmente aislado. Mi hija ayer nuevamente lloró porque quiere verme, y aunque en el celular podemos vernos cara a cara, no es suficiente, todo eso es difícil, es duro, pero hay una gran ventaja para mí en el momento que los médicos me den de alta, debido a que se dice científicamente que quedaré inmune, pues nadie hasta el momento se ha vuelto a infectar.
¿Está en su rancho o en casa?
—Estoy en casa, a quienes mandé al rancho es a mis dos hijos.
¿Ya pudo hablar con los gobernadores de Hidalgo y Tabasco, que también resultaron infectados?
— Sí, ya hablé tanto con Omar Fayad [Hidalgo] como con Adán Augusto López Hernández [Tabasco], ambos son amigos míos, fuimos senadores en el mismo periodo y luego gobernadores. Omar Fayad tuvo una situación más grave debido a que me comenta que tuvo temperaturas por arriba de los 40 grados y el gobernador de Tabasco presenta síntomas ligeros, afortunadamente.
¿Cuando habló con ellos se dieron ánimo para salir pronto de sus problemas de salud?
—Sí, nos dimos ánimo y manifestamos que debemos tener mucho cuidado para ver a quién dan primero de alta. Los tres mandatarios no sabemos dónde contrajimos el virus. En el caso del gobernador de Tabasco, también tengo conocimiento de que además su secretaria de Salud dio positivo, situación que se vuelve muy compleja.
Es importante que la sociedad se cuide para no contagiarse, esta enfermedad no distingue clase social, por eso debemos tomar en serio el hecho de quedarnos en casa.
¿Ha tenido contacto con el presidente López Obrador en estos días de aislamiento?
—No directamente con él, pero sí he tenido contacto con Julio Scherer [consejero jurídico] y con Zoé Robledo [director general del IMSS].
Con información de El Universal