Federico Arreola
En febrero de 2021, en este espacio informativo de internet publiqué una carta dirigida a la periodista Olivia Piquero, directora de Comunicación de la Real Academia Española. La arrobé.
¿La arrobé? Es decir, utilicé la @ de la cuenta de Twitter de la señora piquero. Ella debe estar perfectamente enterado de que arrobar, de @, es un neologismo válido, como lo dice la Fundación del Español Urgente (alias Fundéu), patrocinada por la agencia de noticias EFE y por la RAE: “La forma arrobar, en el contexto de algunas redes sociales como Twitter, es válida para referirse a ‘la acción de mencionar a otro usuario’, ya que para hacer dicha mención se debe anteponer el símbolo arroba (@) al nombre que se desea mencionar”.
Pensé que si arrobaba desde el título a la directora de Comunicación de la RAE, Olivia Piquero iba al menos a leer el encabezado de mi artículo. No era una esperanza infundada porque, si ella no es una periodista lamentable, de esas que no consultan las redes sociales, con solo 800 seguidores en Twitter —realmente muy pocos para su cargo— debe ser mencionada por una cantidad muy pequeña de tuiteros y tuiteras. Así que cualquier tuit en el que se arrobe a la señora Piquero debe ser, en su caso, un acontecimiento.
El hecho es que la arrobé en mi columna del 25 de febrero de 2021, cuando en todo el mundo empezaban, con muchas dudas, las jornadas de vacunación contra el covid: “Doña @OliviaPiquero, ‘vacuna’. Urge que el español urgente adelante su palabra 2021″. Aquí se puede consultar ese texto: https://www.sdpnoticias.com/columnas/federico-arreola-dona-oliviapiquero-vacuna-urge-que-el-espanol-urgente-adelante-su-palabra-2021.html
Palabra 2021, con retraso y como juego bobo
Olivia Piquero, por cierto, además de directora de Comunicación de la Real Academia Española, es la administradora de la Fundación del Español Urgente, Fundéu.
En febrero de este año le recordé a la señora Piquero algo que ella sabe: que cada año, desde 2013, la Fundéu elige la palabra del año:
En 2013, escrache.
En 2014, selfi.
En 2015, refugiado.
En 2016, populismo.
En 2017, aporofobia.
En 2018, microplástico.
En 2019, emojis.
En 2020, confinamiento.
Le sugerí en aquel artículo a la directora de Comunicación de la RAE que esta institución y su Fundéu eligieran la palabra del 2021 al inicio del año. Resultaba obvio que ninguna palabra iba a ser más importante que vacuna, “tanto si las vacunas funcionan y nos salvamos, como si no, y nos hundimos”.
A principios de 2020 no podíamos saber que tan fuerte iba a resultar el confinamiento. Ya lo sabemos, fue algo realmente difícil para toda la humanidad, casi, casi tan fuerte como una guerra mundial. Así que, al finalizar ese año, ante la fuerza de los hechos, era lógico que confinamiento era la palabra del 2021. No había otra.
Al iniciar 2021, precisamente debido al brutal confinamiento del 2020, ya con vacunas disponibles, no se necesitaba mucha cabeza para pronosticar que nada iba a ser más importante que la vacunación.
Hace rato, este miércoles 29 de diciembre, con muchos meses de retraso, la Fundéu de la Real Academia Española declaró a vacuna como la palabra del 2021.
Pero en este momento, es la verdad, en nada ayuda reconocer la importancia de la vacunación. Habría sido de enorme relevancia que una institución como la RAE lo hubiera hecho al iniciar el año, desde luego como una forma de alentar la vacunación, que nos ha salvado, sí, pero todavía no podemos cantar la victoria contra la pandemia porque millones de personas simple y sencillamente no quieren vacunarse.
En febrero o marzo de 2021 en algo habría ayudado la Fundéu de la RAE con una fuerte campaña para hacer de vacuna la palabra del año. Anunciar hoy, tantos meses después, que vacuna es la palabra del 2021 solo es un juego académico —y hasta una tontería—, que Olivia Piquero muy bien pudo anunciado ayer, 28 de diciembre, Día de los Inocentes… o de Las Inocentes o aun Inocentas, ya la Real Academia Española encontrará la manera de que usemos un lenguaje verdaderamente inclusivo.