Érika Hernández
A pesar de ser una parte importante del Poder Judicial, los actuales Magistrados electorales de la Sala Superior, ni sus equipos, tendrían que preocuparse, al menos en lo inmediato, de la reforma en el sector.
Al menos tres magistrados (Mónica Soto, Felipe de la Mata y Felipe Fuentes) aceptaron mantenerse en el cargo hasta 2027 y no ser obligados a postularse para competir en elecciones como otros Jueces o Ministros.
La reforma constitucional no los toca tras negociar su permanencia dos años más, luego de la entrada en vigor del ajuste legal que se discute en el Senado.
Así, serán ellos los que califiquen las elecciones intermedias de 2027, cuando se renovarán diputados federales y algunas gubernaturas. De ahí que en el tribunal electoral federal no haya marchas ni paro ni protestas.
En la reforma al Poder Judicial, la elección de magistrados de la Sala Superior y cinco salas regionales también se contempla por voto directo. Sin embargo, en un transitorio se establece que los magistrados que estén en activo al momento de aprobarse la nueva legislación podrán mantenerse en su encargo hasta el 2027.
Esto ha generado polémica en torno a los jueces de la Sala Superior, a quienes acusan de pactar esta ampliación para permanecer en decisiones electorales que convienen a la 4T, como la decisión de la sobrerrepresentación de en la Cámara de Diputados.
Sus compañeros Janine Otálora y Reyes Rodríguez cuestionaron la postura.
“En mi decisión (de apoyar la distribución de diputados que hizo el INE), tampoco operan incentivos extranormativos ni por las buenas intenciones de evitar reformas constitucionales regresivas para la independencia judicial, como puede ser la elección popular directa de personas juzgadoras ni por reformas reprochables como ampliar los mandatos de las y los juzgadores que deciden sobre este caso”, lanzó Reyes el 28 de agosto.