- Ninguna otra fecha es capaz de congregar a todos
- Celebración, junta de Conago y acto de Bienestar
- Lupita Murguía carta fuerte del PAN para la Capital
- Alerta azul de Roberto Sosa: “nadie la tiene segura”
El 5-F.
La Reunión de la República en el teatro del mismo nombre -antes llamado De Iturbide- es la más relevante no solamente en términos históricos sino de representatividad. Ninguna otra fecha, ni siquiera la del informe presidencial, congrega en estos tiempos a tantos actores políticos y sociales de México. A saber: las cabezas de los tres poderes de la Unión, la jefa de gobierno de la Ciudad de México y los gobernadores de los estados, miembros del gabinete federal y titulares de los órganos autónomos, incluido el hoy denostado Instituto Nacional Electoral, así como dirigentes de partidos, iniciativa privada, universidades y medios de comunicación. Lo justifican la efeméride, el 106 aniversario de la promulgación de nuestra Carta Magna, y el escenario principalísimo, en donde se han consumado hechos fundamentales para la nación, como el estreno del himno nacional en 1854 y el juicio a Maximiliano en 1867.
Altar de México.
Todo lo ha visto el Teatro de la República desde su apertura en 1852, incluido el juicio de guerra al emperador y sus generales, el nacimiento de una Constitución, las primeras películas mudas, funciones de box y lucha, la fundación del PNR, campañas políticas, graduaciones escolares, festivales para las madres, sede del Congreso del Estado en los años 70 del siglo pasado y hasta una especie de misa encabezada por el número dos de la Iglesia Católica, Tarcisio Bertone, para echar las redes, dijo, en “el lugar sagrado del laicismo” en 2009, frente al muro con los nombres en oro de los 116 mexicanos que hicieron las leyes de México.
Llamado Teatro de Iturbide hasta 1922, ha sido el punto de encuentro de los mexicanos, de inicio de campañas presidenciales y, tradicionalmente, de las celebraciones constitucionalistas cada 5 de febrero. Pero antes, mucho antes, el teatro vendido por la Junta Vergara al Senado de la República fue la casa de Juan Caballero y Medina, padre de Juan Caballero y Osio, que se la dejó a sus hijos y más tarde donada al Ayuntamiento para alhóndiga. Y un gran dato: en el sitio de Querétaro se desmontó el techo para hacer balas de cañón por parte del coronel imperialista Manuel Ramírez de Arellano, obteniéndose dos toneladas de zinc, como bien nos recordó el inolvidable cronista del Estado Andrés Garrido del Toral.
Por cierto, todos nuestros historiadores, incluido él, han exaltado la importancia del recinto ubicado en la esquina ochavada de Juárez y Ángela Peralta, pero nadie se atrevió tanto como el eminente jurista Alberto Trueba Urbina al considerarlo el “lugar más histórico del mundo” (mundial). Autor de textos de derecho, publicó uno titulado “Teatro de la República” -como el del maestro José Guadalupe Ramírez Álvarez- en donde sostiene sin límite alguno: “No hay teatro ni edificio público en el mundo que supere al Teatro de la República en importancia histórica: No lo sobrepasan el Elíseo de los franceses, ni el Withehall de los ingleses, ni el Sans-Souci de los prusianos, ni el palacio real de los españoles, ni el Capitolio de los norteamericanos, vamos ni nuestro propio Palacio Nacional”.
Este reportero ha atestiguado desde hace medio siglo la mayor parte de las conmemoraciones celebradas -desde Luis Echeverría Álvarez a Andrés Manuel López Obrador- en el venerado edificio iniciado en 1845 por el arquitecto Camilo San Germán y concluido, tras la intervención norteamericana, por el ingeniero inglés Thomas Surplice. Los 5 de febrero son, de algún modo, el Sitio de Querétaro, por el blindaje del Centro Histórico, sobre todo después de los incidentes de 1998 con el ataque al autobús del gabinete y los jefes de los poderes legislativo y judicial, bautizo de fuego al entonces gobernador Ignacio Loyola Vera, ahora diputado federal.
El formato de las ceremonias, con algunas variantes, se repite año con año, pero se recuerda especialmente la de 1975, enmarcada por el muy original Encuentro Nacional Legislativo con la anfitrionía de Antonio Calzada Urquiza, la participación de representantes de todos los congresos estatales y gobernadores, el jefe del Ejecutivo federal, el gabinete en pleno y la irrepetible presencia de los últimos constituyentes, ocho para ser precisos, que habían sido colocados en segunda fila y Luis Echeverría los invitó a presidir con él, apretujados, como se pudo. Ellos, los sobrevivientes del Congreso de 1917: Ignacio Ramos Praslow, Alberto Terrones Benitez, Celestino Pérez y Pérez, Antonio Gutiérrez, Cándido Avilés Isunza, Julián Adame, Amilcar Vidal y Jesús Romero Flores, el último en morir en 1987.
De eso nos acordábamos con mi amigo y vecino, el entonces jovencísimo Francisco Briseño López, presidente de la 44 Legislatura de Querétaro, a la que también perteneció Mariano Palacios Alcocer, quien sería gobernador igual que otros diputados locales asistentes, como Pedro Joaquín Coldwell, de Quintana Roo y Beatriz Paredes Rangel, de Tlaxcala.
Y déjeme que le recuerde algo más: en 1975, como en otros sexenios, revoloteaba el fantasma de la reelección, exorcizado por el ideólogo Jesús Reyes Heroles al pronunciar el discurso oficial como líder del PRI y a nombre de los tres poderes: “Aquellos aturdidos que pretenden la reelección lesionan a la Revolución. niegan nuestras instituciones y ofenden al revolucionario Luis Echeverría”. Saltó de su asiento el presidente y gritó ¡bravo!, mientras el respetable público aplaudía ruidosamente, junto con los presidenciables Mario Moya Palencia (el favorito de casa) y el más tarde ungido José López Portillo.
Dicen que realmente el pronunciamiento disgustó a don Luis. El caso es que Reyes Heroles, el de “la forma es fondo”, fue relevado unos meses después, en septiembre, de la dirigencia nacional del tricolor por el incombustible Porfirio Muñoz Ledo para coordinar la campaña de JLP, iniciada también en ese Teatro con un “acto de fe constitucionalista”.
En tan macizo e histórico recinto, ya como presidente, José López Portillo -electo en 1976 sin oposición alguna- declaró reunida a la República. Este columnista estuvo ahí y puede contárselo a Usted, porque como dijo el escritor alemán Johan Paul Friedrich Richter (Jean Paul) la memoria es el único paraíso del que no serás expulsado. El único.
Y esta ceremonia es la única capaz de reunir siempre y en este 2023, a un año y 4 meses de las elecciones, a todos los protagonistas de México, incluidos los presidenciables de López Obrador y a los contrarios. Aquí en lo que mi maestro y cronista José Guadalupe Ramírez Álvarez llamo “Aula Magna del Derecho Social”, estarán el próximo domingo.
Incluidos el actual presidente y su sucesor (a).
To-dos.
-BLANCAS Y NEGRAS-
El programa.
Sin mayores detalles, se sabe que el domingo 5 de febrero habrá aquí la reunión y elección del nuevo presidente de la Conago en la Casa de la Corregidora, celebración del 106 aniversario de la Constitución en el Teatro de la República y acto sobre los bancos Bienestar en la Secretaría, anunciado por el propio presidente en una de sus mañaneras y del que hasta ayer nadie informaba nada. Solo que el presidente vendrá de San Luis Potosí o sea que ahora no pasará a la barbacoa de Santiago.
Los ojos estarán puestos en la ceremonia constitucionalistas en los presidenciables, pero también en la presidenta incómoda de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Norma Piña (una de las oradoras) y en el todavía presidente del INE, Lorenzo Córdoba, al que YSQ quiere borrar del mapa y algunos ven hasta como posible carta de la oposición para el 2024. Veremos aquí a las chocantemente llamadas corcholatas de AMLO: Sheinbaum, Ebrard, Adán y Monreal, pero también a algunos de los mencionados de la oposición, como los gobernadores panistas (Mauricio Vila y Mauricio Kuri) y los de Movimiento Ciudadano: Alfaro de jalisco y Samuel de Nuevo León, entre otros.
Entre los invitados locales considere a los ex gobernadores Mariano Palacios, Enrique Burgos, Ignacio Loyola, Paco Garrido, José Calzada, Francisco Domínguez y probablemente Jorge López Portillo, además de la presidenta del Tribunal Mariela Ponce, los candidateables Lupita Murguía, Luis Nava, Roberto Sosa, Felifer Macías, Memo Vega, Gilberto Herrera, Alfredo Botello, Estrella Rojas y la rectora de la UAQ Tere García Gasca, entre otros.
Es un enigma si vienen o no el ex titular de la UIF Santiago Nieto Castillo, hoy procurador en Hidalgo, la ex candidata a gobernadora Celia Maya García, el ex presidente de la Corte Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, a quien candidatean para la tómbola del nuevo INE.
Ya les contaremos.
-LA FRASE DE LA SEMANA-
Alerta azul.
Ningún partido la tiene segura. No pequemos de soberbios: Roberto Sosa Pichardo, presidente municipal de Corregidora, a favor de replicar en Querétaro la Alianza Va por México. Plaza de Armas, Jueves 2 de Febrero de 2023.
-JUGADA TRAS JUGADA-
“Ya soy”.
Eso contestó la secretaria de Gobierno, Lupita Murguía Gutiérrez, cuando le peguntamos si le interesaría ser senadora de la República. Y en efecto, lo es, con licencia, la que solicitó para incorporarse al equipo de su amigo Mauricio Kuri González. La panista queretana que ha ocupado los más altos cargos, incluidos la vicepresidencia del Senado y la presidencia de los diputados federales en San Lázaro, aspira hoy a la candidatura de su partido a la alcaldía capitalina, para la que trabaja en los tiempos que la ley le permite.
Se recordará que en 2009 era la favorita y ganó la primera vuelta en la interna, pero la alianza del hoy morenista Arturo Maximiliano García con Francisco Domínguez Servién le impidieron ser postulada. De allá para acá la dos veces secretaria de gobierno y de Educación ha tenido una presencia permanente en la política local y nacional, mereciéndole al actual mandatario el mote de “La Jefa” o la “La Dama de Hierro”. Y va de nuevo.
Y mire lo que son las cosas, el ex panista Arturo Maximiliano -que ya la jugó en 2021 para la capital por Morena- se mantiene como posible carta para el 2024, junto con la delegada de Semarnat Paloma Arce Islas, el inefable Mauricio Ruiz Olaes y el ex priista Juan José Jiménez Yáñez, actual coordinador de la bancada guinda en el Congreso del Estado.
Por lo que ve al Revolucionario Institucional, podría mencionarle a Paul Ospital o a María Alemán, pero ya sabe usted que se está cocinando una primera alianza local entre el PAN y el PRI, en donde seguramente el albiazul pondría candidata o candidato. Ya hasta el ex gobernador Pepe Calzada elogió la posibilidad de que la secretaria Lupita Murguía sea presidenta municipal.
La política es así.
-JUGADA FINAL-
El sitio de Querétaro.
A quienes no saldrán de casa el próximo domingo 5 en que gran parte de la ciudad será cerrada, tomada, para recibir a los representantes de toda la República, un inteligente y constitucionalista ¡Jaque Mate!