Diego Adolfo Montes Barrón
Aproximadamente la mitad de las mujeres y casi un tercio de los hombres mayores de 50 años experimentarán una fractura osteoporótica en algún momento de sus vidas. Es importante destacar que el número de fracturas está en aumento debido al envejecimiento de la población.
Este riesgo elevado de fracturas está asociado con la disminución de la densidad mineral ósea y la fragilidad que caracteriza a la osteoporosis. Las fracturas más comunes incluyen las de cadera, vertebrales y de muñeca, y cada una de estas tiene un impacto significativo en costos médicos, dolor y lo más importante, pérdida de la funcionalidad.
El riesgo de fractura varía según el sexo y la edad, siendo más alto en mujeres debido a factores como la edad en la que se presenta la menopausia, cuando ya no hay estrógenos se pierde rápidamente mineral de los huesos. En hombres, aunque el riesgo es menor porque los niveles de testosterona disminuyen paulatinamente con la edad, las consecuencias de las fracturas, especialmente de cadera, tienden a ser más graves en términos de mortalidad.
Al ser un problema muy frecuente, especialmente en mujeres después de la menopausia, se recomienda medir la densidad mineral ósea en la columna y cadera en todas las mujeres >65 y en hombres >70 años a través de la absorciometría de rayos X de energía dual (DXA), comúnmente conocida como densitometría. Un T-score de -2.5 o menos es indicativo de osteoporosis. Otra forma de hacer el diagnóstico es estimando el riesgo de fractura con una calculadora que incluye otras variables además de la densidad ósea, como el consumo de tabaco, alcohol, artritis reumatoide, estatura, uso de medicamentos como glucocorticoides o la presencia de una fractura por fragilidad.
El tratamiento de la osteoporosis debe de incluir una adecuada ingesta de calcio y de vitamina D, pero también incluye tratamiento farmacológico que disminuya de forma importante el riesgo de fractura. Dentro de las opciones de tratamiento tenemos medicamentos que disminuyen la destrucción de hueso llamados antirresortivos que se utilizan en los pacientes con alto riesgo de fractura, aunque también existen medicamentos anabólicos para el hueso, esto significa que no solamente detienen la destrucción de hueso sino que favorecen incremento en la densidad de éstos aunque habitualmente se reservan para pacientes con riesgo muy alto o que ya hayan tenido fracturas previas.
Otro pilar imprescindible en el tratamiento es la prevención de caídas, ya que las caídas son la causa común de fracturas en personas con osteoporosis hasta en un 90%. Medidas que ayudan a prevenir caídas pueden ser muy sencillas como mantener una adecuada iluminación en casa, usar dispositivos de apoyo como andaderas o bastones, usar un calzado ligero con suela antiderrapante y que se ajuste a la perfección al pie, colocar agarraderas en la regadera, quitar los tapetes de piso en casa. Otras medidas que pueden incluyen el ejercicio de carga y resistencia, suspender el tabaquismo, la moderación en el consumo de alcohol
En resumen, la osteoporosis es una enfermedad tratable y prevenible, pero requiere un enfoque integral que incluya tanto intervenciones farmacológicas como cambios en el estilo de vida para reducir el riesgo de fracturas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Presidente del Colegio de Endocrinología de Querétaro