A Ciro, por su libertad de expresión.
Erotismo, sexo y vih/sida son constancia en el trabajo de Óscar Sánchez Gómez, fotógrafo que no ha tenido un espacio para exponer imágenes con la dignidad que su calidad merece. Su última muestra la encontramos escondida en Manos Amigues, un comedor comunitario para indigentes (Pedro Moreno 113, en la Guerrero). Llegamos creyendo era centro cultural y nos topamos una cola donde destacan miembros de las tres T, sí, de las siglas LGBTTT (travestis, transexuales y transgénero), junto a gente con resaca, mujeres consideradas del “oficio más antiguo del mundo”, o desempleados que van al sitio a comer por 11 pesos el menú. Nadie de ellos observaba la exposición: miraban al reportero que palidecía por la crudeza del tema: autorretratos del artista con vih, años 90. “La comida está buena”, balbucearon.
Habíamos visto su trabajo, entre erótico y explícitamente sexual en Eucalipto 20, en Santa María la Rivera, en formato pequeño, en detrimento de las fotos. Había al menos cinco imágenes icónicas donde –al final de la fiesta, un bar gay o casa de amigos–, se ven desnudos con deseos inhiestos. Nada ocultan los ojos de Sánchez Gómez: inyectados de sexo, cuerpos complacientes a la caricia cachonda. No hay pornografía. Nadie se equivoque. Hay hermosura genetiana, almodovariana, o el explícito Jaime Humberto Hermosillo en su cine. Antes de esas imágenes, muy al principio de su labor, recuerdo la guapura de parejas que aceptan ser fotografiadas sin ropa, con intenciones estéticas, casi como estatuas griegas. Lo de Eucalipto 20 ya era el desfogue real, sin matices.
Del vih/sida, nada que agregar porque conocemos los sucesos en los 80 y 90: pocos sobrevivieron porque no existían medicamentos eficaces. Las imágenes del fotógrafo son elocuentes. La depresión se asoma y uno alaba la valentía de Óscar Sánchez Gómez. Son más para un museo conceptual, vanguardista, que para un comedor comunitario. Es lamentable que ese trágico tiempo no pueda ser visto por personas a las que el arte podría cambiar su vida.
Desde sus inicios a la fecha hay historias que contar del mundo erótico gay. Los hombres que hacen el amor con otros hombres está por descubrirse.
Urge una retrospectiva del artista visual.