El centro nocturno La Culpable, ubicada en una plaza comercial de Jurica, en el Municipio de Querétaro, está en el ojo del huracán. No solo porque ahí mataron a golpes a un ciudadano estadounidense, sino porque se detectó que ahí trabajaba un menor de edad y encima de todo, operaban con una licencia de alcohol vencida, todo en plena impunidad.
Pero no fue sino hasta que se denunció la muerte del afroamericano, que tenía una hija y esposa originaria de la entidad, cuando el giro fue cerrado. A decir de las autoridades capitalinas, La Culpable fue clausurada tras los operativos “cotidianos” que se llevan a cabo por parte de distintas dependencias municipales y estatales.
Así lo señaló mediante un comunicado la Secretaría de Gobierno de la capital del estado, en el que se exponen distintas observaciones que llevaron a las autoridades a colocar los sellos de suspensión a este establecimiento.
Otras especificaciones fueron el uso de pirotecnia sin autorización de la coordinación de Protección Civil; lámparas de emergencia sin funcionar, y no contar con la capacitación y brigadas de emergencia.
“Derivado de la anterior se procedió de acuerdo a la normativa vigente con la clausura de dicho establecimiento por parte de la Dirección de Gobierno del Estado, Protección Civil Municipio de Queretaro y la Dirección de Inspección y Espectáculos del municipio de Querétaro”.
Sin embargo, no se notificó si la clausura también habría obedecido a las investigaciones que se iniciaron en contra del personal de seguridad de este establecimiento, señalados por haber molido a golpes a J. Mouton.
Los padres del joven estadounidense afirmaron que fue “brutalmente agredido”; y dichas lesiones, principalmente en la cabeza, causaron su fallecimiento, el pasado 22 de diciembre. La víctima, originario de Texas, venía al estado de vacaciones para visitar a su familia; y se encontraba en un momento de diversión en La Culpable que se convirtió en tragedia.
Cabe mencionar que de acuerdo a jóvenes que han acudido a La Culpable, el caso de J, Mouton es uno que derivó en su muerte, pero no el único en el que se han visto sus elementos de seguridad relacionados a hechos de agresión contra los clientes.