El miércoles por la noche, elementos de la Policía Federal, División Antidrogas, detuvieron en Culiacán, Sinaloa, a Juan José Esparragoza Monzón, hijo de Juan José “El Azul” Esparragoza Moreno y de Gloria Monzón Araujo, señalados por Estados Unidos y México como piezas importantes en el Cártel de Sinaloa, socios de Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada.
Según el comisionada Nacional de Seguridad, el hijo de “El Azul” creo “empresas en Querétaro, Baja California, Baja California Sur, Jalisco y Sinaloa” y era un importante “generador de violencia en las ciudades fronterizas de Mexicali y Tijuana”.
Al momento de su captura, según la autoridad, se le aseguró un arma larga, dos cortas, tres paquetes y 199 envoltorios de cocaína.
Junto con el hijo del capo fueron detenidos Jesús Alfonso Ríos y otro sujeto de nombre Jesús Alfredo Beltrán Bojórquez, señalan portales de Sinaloa.
Los datos en torno a este hecho se habían mantenido herméticos desde el miércoles pasado, como ha ocurrido en otras ocasiones con la familia Esparragoza, hasta que el Gobierno Federal confirmó este lunes su detención.
Esparragoza Monzón es hijo de Gloria Monzón Araujo, quien ha sido señalada por el Departamento del Tesoro de haber creado una red de gasolineras en Culiacán que presuntamente servían de fachada para blanquear recursos. Hoy en día estas empresas se mantienen cerradas debido a las acciones de la PGR.
Desde mayo del 2014, la “muerte” de “El Azul” causó misterio, ya que se dijo que falleció de un infarto provocado por las lesiones que sufrió tras un accidente carretero. Para los Gobiernos mexicanos y estadounidense, todavía no se confirma el deceso.
“El Azul” Esparragoza es considerado como el “padrino de padrinos”, por las relaciones que mantenía con las autoridades y los otros cárteles del narcotráfico y es visto como una leyenda del narcotráfico en México. Pocas son las imágenes que se conocen de él, aunque en su edición 1963, del 15 de junio pasado, la revista Proceso publicó fotografías tomadas presuntamente al capo durante las fiestas decembrinas de 2012.
En junio de 2014, la Procuraduría General de la República (PGR) y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) iniciaron una investigación para determinar si era verdad o no que Juan José “El Azul” Esparragoza Moreno había muerto de un infarto tras accidentarse. Fuentes del Gobierno Federal no pudieron confirmar si el capo y socio de Ismael Zambada falleció.
Ante la posibilidad de que “El Azul” hubiera muerto y dado el papel tan importante que jugaba en las operaciones del narcotráfico, y al existir investigaciones y órdenes de aprehensión en su contra en México y Estados Unidos, las autoridades iniciaron una investigación para verificar la información periodística difundida por esas fechas. No hubo resultados concluyentes y la autoridad ha dado como vivo al presunto narco.
“El Azul”, originario de Huixiopa, Badiraguato, tenía 65 años cumplidos al momento de su supuesta muerte -pues nació el 3 de febrero de 1949- y se mantuvo durante más de 40 años en el mundo del narcotráfico, ocupando desde hace lustros un papel preponderante en los destinos del cártel de Sinaloa.
“El Azul” estuvo bajo la tutela de Juan José Quintero Payán, fue contemporáneo de Ernesto Fonseca Carrillo, don Neto, preso en un penal de mediana seguridad de Jalisco, y ya conocía el negocio de las drogas cuando se incorporaron a esta actividad Miguel Félix Gallardo y Rafael Caro Quintero. También trabajó junto a Pedro Avilés, “El León de la Sierra”, asesinado por la extinta Dirección Federal de Seguridad el 15 de septiembre de 19798, cerca de Tepuche, Culiacán.
Decano de los capos mexicanos, Juan José Esparragoza Moreno ha sido hasta ahora uno de los personajes más discretos en el mundo del narcotráfico en México.
Durante un tiempo fue considerado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI), como el segundo criminal internacional más buscado en 2005, solamente detrás del terrorista Osama Bin Laden, aunque luego dejó de ser mencionado en los círculos policiacos gringos.
Fue después de meses de su presunta muerte, que “El Azul” volvió a ser blanco de las medidas financieras, policiacas y mediáticas de los Estados Unidos, pues boletinaron decenas de empresas y personas que supuestamente lavan dinero de su organización criminal.
La Drug Enforcement Administration (DEA) también ofrece, desde hace años, 5 millones de dólares por su cabeza.