Felix Cortes Camarillo
No tengo idea de quién tuvo la idea de hacer acompañar los festejos navideños de los llamados villancicos; tampoco me da la gana averiguarlo. Me queda claro que los villancicos tienen su orígen, y por ello su nombre, en los cánticos que los villanos -esto es los habitantes de las villas, digamos los pueblerinos- iban relatando los hechos de pueblo en pueblo en cantares, de manera similar a los pregoneros medievales gritaban en las plazas las noticias y los chismes. Los populares medios de comunicación previos a la imprenta.
A “lo que ahora llamamos México”, como dice la señora presidente, los villancicos navideños nos llegaron con el cristianismo por la vía de España.. Por eso, ahora nos tenemos que soplar cada año un mes escuchando por todos lados canciones melosas sobre unos peces briagos que beben, y beben y vuelven a beber, unas campanas que ángeles tocan, y un burro huevón que tiene que ser arreado para llegar a tiempo a saludar al recién nacido, o la canción sin historia del tamborcillo, que nació en las tierras del árbol de bellotas, como la del tambor de hojalata.
Y es que el vicio de los villancicos, como todo lo asociado a las festividades impuestas, tiene una raíz esrictamente comercial, y finalmente es casi mundial. Los norteamericanos les llaman carroll,los rusos koledka, auque los ortodoxos allá dicen que Jesús nació el siete de enero; los alemanes Weichnachtslied, los franceses Nöel y los checos koleda.
Sea en la lengua que sea, lo único hermoso de que ya pasó la Nochebuena es que por fin puedo entrar a una tienda grande sin quedar expuesto al incesante bombardeo de las voces, por otra parte voces gratas y educadas, de Bing Crosby, Frank Sinatra o Mijares, reventándose canciones bobas con bella música de gente bien como el gran Irving Berlin.
Dejemos atrás la cínica ironía de que hoy hay gloria en el cielo y paz en la tierra entre los hombres de buena voluntad mientras los bombardeos en Gaza o Kiiv no cesan.
Por citar un solo ejemplo; que hay más.
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no me dejan entrar sin tapabocas): Podemos fingir que no nos preocupa la idea de que sea una amenaza a largo plazo: ese concepto es una falacia. Lo que existe es el hoy,todos los días; pero muy pronto la humanidad no tendrá abasto suficiente de proteína animal para el creciente número de bocas hambrientas. En ese sentido la terquedad del cuatrote oponiéndose a las nuevas tecnogías de la agrícultura moderna adquiere una tontería. Cuando en el 2001 se determinó la cadena completa del genoma la aplicación de ese progreso tuvo una aplicación inmediata en la medicina y la farmacopea. De la misma manera en la biogenética de los cultivos agrícolas. Algo que conocemos desde que la agricultura es agricultura y los injertos son injertos para mejorar el rendimento de alimento. Dejemos de jugar con el futuro, cuando el destino nos alcance.
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