La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) redujo el pronóstico de crecimiento para la economía mexicana en 2017 de 2.3 por ciento a 1.9 por ciento. Por su parte, para 2018 de 2.4 a 2.0 por ciento.
Cabe recalcar que aunque la economía mexicana creció 2.3 por ciento en 2016, en 2015 el crecimiento fue mayor, de 2.6 por ciento.
La OCDE advirtió que los riesgos para las perspectivas económicas sobre todo se concentran en dos variables: el consumo y el futuro de las relaciones comerciales con EE.UU.
De acuerdo con dicho estudio ‘Perspectivas Económicas Mundiales’, la inflación provoca que el poder adquisitivo de la gente y las mayores tasas de interés, que se elevan para disminuir el efecto inflacionario, limitan los créditos.
Asimismo, con el fin de disminuir el endeudamiento público, el gobierno mexicano seguirá con el proceso de consolidación fiscal.
Hasta ahora la producción industrial, la inversión y las exportaciones han resistido a la posibilidad de renegociaciones del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) o cualquier otra medida proteccionista de algún socio comercial.
Estas medidas podrían perjudicar la inversión, la producción manufacturera y las exportaciones.
La OCDE señaló que con una menor recaudación de ingresos, a causa de un crecimiento más débil, podrían estar en peligro los planes de consolidación fiscal y llevar a nuevos recortes en el gasto público, lo que pesaría más en el crecimiento económico.
Sin embargo, la plena aplicación de las reformas estructurales previstas, en particular la del sistema judicial, la reducción de la corrupción y el alza de la calidad de la educación, son factores que podrían fortalecer el crecimiento de la productividad del país.
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