Este puerto atraviesa por una crisis de necesidades primarias. No hay luz, no hay agua, no hay internet, no hay tiendas y las que habían fueron saqueadas.
Ante la presencia de la Guardia Nacional y el Ejército, la rapiña impera.
Las vitrinas de todo tipo fueron rotas a patadas para sacar jamones, quesos, pantallas y hasta joyería de las casas de empeño.
“Nos urgen alimentos”, claman afectados. Las filas de personas con cajas o bolsas en el lomo asemeja a un hormiguero.
Autoridades reportan 134 tiendas saqueadas en las colonias Renacimiento, Vacacional, Kilómetro 21 y la Postal. Oxxos, cremerías, tiendas de empeño, de abarrotes y hasta mueblerías vaciadas.
De las 23 gasolineras del puerto sólo una da servicio en la Costera junto a la Base Naval.
El sonido de patrullas y ambulancias es constante. Pero no avanzan. En el acceso principal al puerto, por la Avenida López Portillo, donde pasa el Acabús, el lodo y los árboles caídos son la imagen principal.
La gente busca transporte, pero no hay gasolina.
“Si, tengo un cuarto de gasolina ¿y para qué lo quemo? No hay servicio”, lanzó un taxista varado.