FERNANDO VENEGAS RAMÍREZ
El pasado miércoles, la ex contralora del gobierno estatal Clarisa Catalina Torres Méndez fue arrollada por un vehículo cuando caminaba por la avenida Patriotismo. De la cochera del negocio Casanova Rent salió un vehículo que la aplastó. La ex funcionaria quedó tendida inconsciente bajo el auto con varios huesos rotos.
Clarisa Catalina luchó por por su vida durante cuatro días en el hospital Mocel hasta que su cuerpo cedió la mañana del domingo.
Al enterarse del accidente, familiares que residen en Mexicali, se trasladaron a la ciudad de México. Un cercano a la ex funcionaria comentó: “Repruebo la actitud del responsable y repruebo la malísima atención del seguro de vehículos por GNP, quienes no pusieron una ambulancia de terapia intensiva para el traslado de la paciente. Para colmo, mi amiga cuenta con seguro de gastos médicos mayores también de GNP y aprovechando que está inconsciente esta compañía está dando un pésimo servicio”.
Torres Méndez fue velada en la funeraria Gayosso. Sus restos partieron hacia su natal Mexicali en punto de las 3 de la tarde de este martes.
Entre sus principales aportaciones a las funciones de la Contraloría en la entidad, se encuentra la implementación de los Libros Blancos, que dieron estructura a los procedimientos administrativos y de transparencia. Fue incansable en la persecución de las irregularidades en las dependencias estatales. Era conocida como “La dama de hierro anti corrupción de Querétaro” .
Originaria de Baja California, estudió la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en su tierra natal, donde, gracias a su buen promedio, consiguió una beca para estudiar en Francia una maestría en Administración Pública; y finalmente un doctorado en Estudios Políticos, que quedó trunco. Además, contaba con un diplomado en Seguridad Nacional.
Ocupó desde 1983 diversos cargos en dependencias como el Inegi, Secretaría de Gobernación y el SAT. Fue diputada federal en la LVII Legislatura. En Querétaro, fue contralora en los dos primeros años de la administración de José Calzada. Al final, luego de participar en el gobierno del Estado de México, se retiró y se fue a vivir a la Ciudad de México.