- Coahuila podría ser la antesala de una crisis interna en el 2024
- Sheinbaum y Adán rechazan las propuestas de Marcelo Ebrard
- Critica CATEM a algunas empresas que explotan a trabajadores
- Muertos tres de los últimos gobernadores del Estado de Puebla
División.
Ayer comentábamos que el presidente de México juega la sucesión de 2024, como un partido de beisbol, con un pitcher abridor o abridora y dos relevistas.
Más allá de si le funcionará o no la estrategia, hoy podemos observar síntomas preocupantes en el bullpén morenista de cara al proceso electoral de 2023 (Coahuila y Estado de México), antesala de la madre de todas las elecciones.
Si observamos el rompimiento registrado el lunes, luego de que el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, levantara la mano del senador Armando Guadiana Tijerina, podemos adelantar un probable triunfo aliancista en la entidad gobernada hoy por el PRI.
Y no se necesita demasiado para entender lo que ha pasado con partidos fuertes que llegan divididos a una elección: Ha pasado aquí en Querétaro; ha pasado con Roberto Madrazo a nivel nacional y sucedió más recientemente con Felipe Calderón y el triunfo de Enrique Peña Nieto en la elección que llevó a Andrés Manuel López Obrador al poder.
Dividido, difícilmente un partido puede ser realmente competitivo, sobre todo en un estado como Coahuila, donde el PRI mantiene la maquinaria electoral más eficiente del país, que tiene –por ejemplo- la radiografía casa por casa, hasta cuarto por cuarto, del número personas que integran la familia; por quién vota cada uno y cuántos apoyos económicos reciben.
Eso por una parte. Por otro lado, la forma –otra vez- de Mario Delgado, de pasar por encima de los aspirantes que no son los elegidos por sus encuestas, auguran tiempos difíciles.
Me explico:
Como en su momento lo hizo cuando a través de una encuesta, designó a Celia Maya como candidata al gobierno de Querétaro, haciendo a un lado al puntero Gilberto Herrera, ayer informó que los números favorecían dos a uno al senador Guadiana, dejando con un palmo de narices al subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía.
Morena encargó dos encuestas espejo, una a Mendoza Blanco y Asociados y otra a Covarrubias y Asociados, la primera reconfirmó a Guadiana como el favorito; sin embargo, la segunda le dio el triunfo a Salazar, quien fue político panista por 21 años.
Sin rubor, dijo Mario Delgado que el empresario y senador Guadiana resultó ser el más conocido con el 63.7 por ciento, seguido de Fernando Salazar con 37 por ciento y Ricardo Mejía con el 30.5 por ciento, lo que lo coloca como el virtual al candidato morenista, o el “coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación en Coahuila”.
Dijo el morenista que con esos números “tenemos muy buenas condiciones y coinciden las tres encuestas que Morena es quien tiene la intención del voto cercana al 50 por ciento; tenemos un Presidente muy bien evaluado con un promedio de 8, tenemos un partido muy reconocido por parte de la gente de Coahuila, tenemos un partido muy bien organizado y tenemos unidad entre todas y todos los aspirantes”, afirmó Mario Delgado.
Dijo que los dos aspirantes perdedores, Salazar y Mejía, habían estado en la reunión donde se conocieron los números y que estaban de acuerdo en que el abanderado fuera Guadiana.
Hasta ahí, todo transcurrió conforme al guión que Delgado ya tiene muy hecho.
Pero en la tarde-noche del mismo lunes, el subsecretario Mejía –quien se pensaba tendría los apoyos y números para ser el candidato- tronó.
A través de un video, fue claro: “No reconocemos esa encuesta. No considero que puede ser elemento para tomar una decisión de esa naturaleza”, dijo en tono serio.
El funcionario lopezobradorista, arremetió contra el senador Guadiana por temas como su cercanía al gobernador Miguel Riquelme Solís, al alcalde José María Fraustro, a Xóchitl Gálvez y a Dante Delgado, entre otros, que el subsecretario le atribuye como pruebas de devaneos con la oposición.
Narra Proceso en su portal que Mejía criticó que no se tomó en cuenta la opinión de los consejeros estatales de Morena, de los cuales obtuvo 42 votos hace apenas unas semanas y se lanzó en contra del senador Armando Guadiana, a quien acusó no solo de ser afín a los Moreira y al priismo, sino también de atacar y cuestionar al presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Lo único que he oído del senador Armando Guadiana es descalificar al presidente de la república, hablar de los errores que ha cometido el presidente López Obrador, cuestionar la obra del aeropuerto Felipe Ángeles, cuestionar cuando estuvo el presidente en la mina El Pinabete, cuestionar el tema de litio. Cuestionar, cuestionar y cuestionar”, sostuvo.
En su mensaje, Mejía Berdeja anticipó que busca alternativas para revertir el resultado y llamó a sus simpatizantes a mantenerse en lucha, no bajar la guardia, aunque de manera pacífica y civilizada y aseguró que él tiene encuestas serias que lo sitúan entre 50 y 60 por ciento de nivel de conocimiento, lo que contrasta con las que presentó Morena en las que solo obtiene el 26 por ciento.
Y la cereza: Ayer durante su conferencia matutina, López Obrador dijo que “para evitar fraudes se decidió por encuestas y yo estoy totalmente de acuerdo con ese método y creo que el que participa en una encuesta tiene que aceptar el resultado”.
Tal y como lo denunció ayer el propio Mejía, López Obrador reconoció que, en ocasiones, los ciudadanos eligen no necesariamente a los más firmes defensores de la 4T.
“Hay veces que no nos gusta el que gana, por alguna razón, porque no lo vemos joven o firme o francamente, en favor de la transformación, pero no es nuestro punto de vista lo que decide o determina, es como lo ve la gente”, señaló.
Pero no quiso conminar al subsecretario a sumarse al proyecto de Guadiana:
“No, yo no, cada quien tiene que hacerse responsable”.
Así avanza Morena y el presidente rumbo al 2024, cuando también se elegirán a su candidato bajo los mecanismos de encuestas.
Esas que el presidente decía que estaban cuchareadas.
De pronóstico reservado.
-OIDO EN EL 1810-
Palacio.
Que antier vieron salir al diputado local Ricardo Astudillo Suárez de la oficina del jefe del Gabinete estatal, Rogelio Vega Vázquez Mellado, sin duda el principal operador del gobernador Mauricio Kuri. Cabe recordar que el también dirigente estatal del Partido Verde es hoy uno de los principales operadores de Claudia Sheinbaum en Querétaro.
Doy fe.
-¡PREEEPAREN!-
Que no.
Así respondieron la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, a la exigencia del canciller -adelantada en la entrevista exclusiva con PLAZA DE ARMAS- de debatir y, como lo dijo en Monterrey, renunciar a sus cargos para competir en igualdad de circunstancias.
Los debates y las encuestas parecían tener el visto bueno del presidente de la República.
Y hasta el dirigente de Morena, Mario Delgado lo celebraba.
Pero ahora resulta que no quieren.
Punto a favor de Ebrard.
-¡AAAPUNTEN!-
Explotación.
La Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México en Querétaro (CATEM) lamentó el fallecimiento de una trabajadora en su puesto de trabajo en el parque industrial Querétaro de la capital. El secretario general en Querétaro, Erik Osornio Medina cuestionó las condiciones laborales y de salud que promueven algunas empresas, además del exceso en jornadas laborales hacia sus empleados.
“Es lamentable que en Querétaro sigan llegando empresas y se siga sacrificando en su mayoría la mano de obra, hay gente que sigue siendo explotada laboralmente y sindicatos de protección que no defienden a sus trabajadores”, dijo.
Tiene razón.
-¡FUEGO!-
¿Karma?
Sin contar a Tony Gali, que anda como huido, los últimos tres gobernadores de Puebla están muertos. Rafael Moreno Valle y su esposa Martha Érika Alonso en el helicopterazo del 24 de diciembre de 2018 y ahora Miguel Barbosa por una añeja enfermedad. El Congreso de ese estado elegirá al interino o interina para concluir el periodo en 2024.
¡Porca miseria!