Dicen que el fútbol tiene magia. Algunos creen que es el toque de un genio, otros que es la estrategia, y algunos, como Sergio Ramos, están convencidos de que la verdadera magia es saber que el partido no se acaba hasta el minuto 93. Y justo cuando el cronómetro ya casi se apagaba, cuando todos creían que la Champions 2014 ya se les escapaba al Real Madrid, ahí apareció él: el hombre que convirtió un simple cabezazo en leyenda. Ese mismo hombre, el eterno guerrero, el hombre del 93, acaba de aterrizar en Monterrey.
El minuto 93 no es solo un número, es el latido del fútbol. Es ese instante en que la esperanza se disfraza de desesperación y, en el último suspiro, se convierte en gloria. Ramos lo sabe bien. En ese minuto, con el Madrid a punto de perderlo todo, fue él quien se levantó, como una especie de superhéroe del área, para meter ese gol que no solo le dio la Champions a su equipo, sino que nos dejó con la sensación de que nada es imposible en el fútbol… y que nunca hay que dejar de pelear hasta el último segundo.
Ahora, ese mismo número 93 que se grabó en los corazones de millones de aficionados se trasladará a su espalda en Monterrey. Es un número que representa, no solo un gol, sino una filosofía de vida: no importa cuántos partidos hayas jugado, no importa cuántos goles hayas recibido, lo único que cuenta es que siempre, siempre haya tiempo para el último golpe, el último esfuerzo, el último grito de gol. Y eso es exactamente lo que Sergio Ramos les traerá a los Rayados. Porque si algo sabemos de él, es que, en la cancha, nunca se rinde.
¿Y qué esperar de Ramos en Monterrey? Bueno, además de la habitual dosis de liderazgo, garra y, claro, una que otra tarjeta amarilla o roja (porque sabemos que a veces las reglas no las impone el árbitro, las imponen jugadores como él), lo cierto es que Ramos llega con un hambre de volver a jugar y eso hará que la ciudad de Monterrey se vista de gala. El “hombre del 93” no ha llegado a México solo para cerrar su historia, ha venido a sumar historias.
Y es que jugadores como él, te dan espacio para que la imaginación vuele… Imaginen una escena: estadio lleno, clásico de Monterrey contra el odiado rival… el minuto 93, y el balón cayendo desde el aire como si el universo estuviera esperando ese último toque de magia. Todos los ojos en Ramos. El árbitro empieza a mirar el reloj… ¿y quién sabe? Tal vez sea otro de esos momentos en los que los milagros ocurren. Porque en el fútbol, como en la vida, no hay nada escrito hasta que el árbitro pita el final, y con Sergio Ramos, ese pitazo puede retrasarse un buen rato.
Monterrey, prepárate para ver lo que significa tener a un hombre que no entiende de derrotas, que ha hecho de la última jugada su territorio. Sergio Ramos es un jugador que entiende que el fútbol es más que un deporte, es una película de acción donde siempre hay espacio para una escena épica. Y si alguna vez hubo un minuto que definió su carrera, ese minuto es el 93, y ahora, como si fuera magia, ese minuto se ha transferido a su dorsal, a su nueva casa: Monterrey.
Así que, a todos los fanáticos de los Rayados, pueden estar tranquilos. Mientras haya un segundo en el reloj, habrá esperanza. Porque con el hombre del 93 en la cancha, las historias siempre tendrán un giro inesperado. Y si el destino es generoso, tal vez, solo tal vez, nos regale otra jugada de último minuto que nos deje sin aliento. Pero, por supuesto, todo esto dependerá de algo muy simple: nunca, jamás, dar por perdido un partido.
Con Ramos, ya no hay tiempo perdido, solo tiempo de más.