Unas 10 mil personas de diferentes etnias del estado de Chiapas, defensores de derechos humanos, maestros jubilados, transportistas y la Iglesia católica del estado, realizaron una marcha para exigir al Gobierno mexicano poner un alto a la violencia del narcotráfico que ha ido en aumento en los últimos meses en la región.
“Chiapas es una bomba de tiempo, hay muchos desaparecidos, muchos secuestrados, hay muchas desapariciones, muchos asesinatos por la presencia del crimen organizado en Chiapas”, dijo el párroco de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Marcelo Pérez, al inicio de la marcha peregrinación.
El religioso apuntó que en últimas fechas “la violencia se triplicó” sobre todo en los municipios de Ocosingo, Chicomuselo y Frontera Comalapa, los dos últimos prácticamente en la frontera con Guatemala, pero, precisó, que desde hace tres años hay un riesgo inminente en los pueblos: La Grandeza, Bella Vista, Siltepec, El Porvenir y Motozintla.
Así también como en Bejucal de Ocampo, Honduras de la Sierra, Mazapa de Madero, Amatenango de la Frontera, la Concordia, Montecristo de Guerrero, Ángel Albino Corzo y San Cristóbal de Las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Reforma, Tila, Pantelhó, Chenalhó, ya que en esos municipios “existe el sometimiento masivo, secuestros, asesinatos, reclutamientos de infantes y desplazamiento forzado”.
El contingente estuvo conformado por indígenas mayas tzotziles, tzeltales, tojolabales, choles y zoques, así como la organización civil ‘El Pueblo Creyente’ y la Iglesias bautista, quienes se congregaron en la Central de Abastos de Tuxtla Gutiérrez y finalizaron con una oración, bajo un sol inclemente y una temperatura de 40 grados celsius.
La marcha pacífica fue integrada por mujeres, adolescentes y personas mayores; quienes portaban banderas blancas, como símbolo de paz, además de distintivos en forma de moños: blancos, verdes, rojos y amarillos, y pancartas con los mensajes “Paz”, “Paz para Chiapas”, ”Paz para Simojovel”, “¡La paz es un grito que merece ser escuchado!”.
“Sabemos que es una realidad, haya arriba (en la Sierra de Chiapas) la gente no se hace escuchar porque está sometida”, expresó Dulce Ríos, habitante de Tapachula, quien destacó la participación de las mujeres en la manifestación.