El exnadador olímpico estadounidense Michael Phelps es considerado una gran historia de éxito, con 23 medallas de oro, tres de plata y cinco de bronce, es uno de los deportistas más laureados de la historia, sin embargo eso no le ha evitado pasar malos momentos, e incluso confesó que debido a una fuerte depresión llegó a pensar en el suicidio.
Entrevistado por CNN, dijo que el momento ocurrió en 2014, cuando la Federación Estadounidense de Natación lo sancionó con una suspensión de seis meses por conducir en estado de ebriedad, problema en el que ya había caído anteriormente.
La suspensión fue un duro golpe para el nadador que en ese momento perdió las ganas de vivir. “Era una bomba de tiempo a punto de estallar. No quería estar vivo. En ese momento pensé: ‘lo mejor que puedo hacer es simplemente no estar aquí’”.
Añadió que logró salir adelante gracias a que su familia y amigos no se separaron de él en ese momento. “Cuando estaba sentado en mi habitación, de donde no me moví durante cuatro días, tuve el apoyo de mis amigos y mis familiares más cercanos. Estuvieron allí porque realmente se preocuparon por mí. Me dije: ‘Lo que hice fue muy tonto, vamos a resolver esto’”.
“Sabía que necesitaba ayuda y que tenía que cambiar algo en mi vida. Estuve con tratamiento durante un par de semanas y, básicamente, me reconstruí a mí mismo. Primero no quería hablar con nadie, me mantuve cerrado por dos o tres días, hasta que dije ‘Llevo aquí 45 días, será mejor que haga esto’”, relató.
Una vez que se recuperó de la depresión, comenzó su preparación para los próximos Juegos Olímpicos, los últimos de su carrera, algo que también le costó, especialmente al momento de comer.
“Tenía que ponerme de la mejor forma física posible, en especial porque tenía 31 años. Debía comer y dormir bien, hacer cada pequeño ABC para asegurarme de que estaba preparado. Comer se convirtió en un trabajo. Hubo días en que estaba cansado y no quería comer, pero debía hacerlo, y cuando estás forzado, comer es doloroso”.
Finalmente, el esfuerzo le permitió aumentar a su récord cinco medallas de oro y una de plata. Un buen resultado que, sin embargo, no lo hizo del todo feliz.
“Siempre soy duro conmigo. Cuando vi la repetición de los 200 metros de combinado individual, todo el mundo decía ‘fue increíble’ y yo les contestaba: ‘Sí, pero no rompí el récord mundial’. Quería retirarme con 40 récords mundiales”.
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