De acuerdo con los historiadores más reputados, Sun Tzu fue estratega y maestro de la milicia, filósofo consumado y general de la antigua China y a él se debe el libro “El arte de la guerra”, tratado excepcional sobre esa bélica actividad.
El nombre con el que ese personaje pasó a la historia, sin embargo, es un título honorífico que significa “Maestro Sun”. Las mismas fuentes indican que nació en el Estado Qi, en el año 544 antes de nuestra era y que murió en el Estado Wu en el 496 antes de nuestra era.
Más de 2500 años después, llega a México una versión moderna, en español, de ese libro que ha trascendido los siglos, las fronteras de las naciones y los idiomas. El texto original de Sun Tzu fue llevado al español por Enrique Toomey, e ilustrado por Damián Ortega.
Durante muchos siglos, “El arte de la guerra” fue exclusivamente para uso de las cúpulas militares de diversas civilizaciones en distintas épocas. Sin embargo, la lectura en el hoy día, suele mirar los 13 capítulos que conforman el texto de Sun Tzu desde otra dimensión
Es decir, a partir de una óptica pragmática y utilitaria, inspirada en la idea del combate y la confrontación eternos entre los hombres, ignorando que la máxima más importante en el libro sugiere que la mejor manera de salir bien parado en una guerra es no librándola.
En 240 páginas, esta edición explica que “El arte de la guerra” de Sun Tzu durante siglos ha sido un texto muy consultado y codiciado. Desde su creación, ha provocado uno y mil estudios y reinterpretaciones por parte de filósofos, historiadores y estrategas militares.
Incluso por parte de diversos cineastas y para ejemplificar lo anterior, basta recordar que en la actualidad está presente a través de la exitosa serie de películas filmadas en 16 mm tituladas “Nueve tipos de terreno”, realizadas por el artista mexicano Damián Ortega.
Thoreau dice que la naturaleza no habla a través del poeta, sino junto a él. De la misma forma, las enseñanzas de Sun Tzu se despliegan de la mano de las esculturas realizadas por Damián Ortega para la presente edición, que así amplía su estudio sobre esta obra.El diálogo redobla el misticismo y la diáfana lectura que el texto original hace del poder y sus derroteros, al tiempo que reivindica tanto la vigencia de la obra de Sun Tzu como la virtud atemporal de la obra de Damián Ortega. “El arte de la guerra” fue escrito en bambú.