El pasado 25 de abril, México, en su calidad de presidente pro tempore de la Alianza del Pacífico, encabezó la Reunión del Grupo de Alto Nivel de este mecanismo que reúne a titulares de los ministerios de Exteriores y de Comercio Exterior, la cual se celebró en Bogotá, Colombia.
Entre los aspectos relevantes de este encuentro destacan los temas de cooperación —lanzamiento de la Convocatoria del Fondo de Cooperación y la realización del 4.° Foro en la materia— y las reuniones con el Consejo Empresarial de la Alianza y el Banco Interamericano de Desarrollo, así como los avances de negociación con los Estados asociados, en particular con Corea del Sur; los procesos de ratificación del Tratado de Libre Comercio con Singapur; el seguimiento a las declaraciones conjuntas con Estados observadores, y la eventual adhesión de Ecuador en 2023.
Nuestro país recibió de Colombia, el 26 de enero de 2022, esa presidencia anual, y enlistó cinco ejes centrales: 1) comercio incluyente y sostenible, 2) Mercado Digital Regional, 3) facilitación comercial, 4) reactivación económica de los Estados miembros y 5) aprovechar el Acuerdo Comercial. Además, al asumir el cargo, reafirmó su compromiso con un regionalismo abierto que permita construir una Alianza más ciudadana, más integrada, más sostenible y más incluyente, así como con un bloque que siga reafirmándose como referente internacional en materia de integración en América Latina.
Este 28 de abril, la Alianza del Pacífico celebró su XI aniversario. Los países miembros crearon este mecanismo en 2011 con el objeto de establecer un área de libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas, destinada a alcanzar un mayor crecimiento y competitividad para sus economías, y un mejor bienestar para sus habitantes. Actualmente, las economías de Chile, Colombia, México y Perú representan casi la mitad del PIB en la región, alrededor del 59 por ciento del comercio total, y reciben poco más del 51 por ciento de los flujos de IED. En el ámbito global, congregan 230 millones de habitantes. Juntas constituyen la novena economía mundial y son el sexto exportador.
En este marco, nuestro país avanza en el estrechamiento de las relaciones bilaterales con los países de América Latina, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida e impulsar la competitividad, a partir de profundizar la integración, para lo cual participa en mecanismos en la materia, e incluso encabeza algunos de ellos.
Es de recordar que desde que el Lic. Andrés Manuel López Obrador asumió la Presidencia de México nos hemos propuesto adoptar un mayor protagonismo regional, como el que se tuvo durante la mayor parte del siglo XX, dejando atrás el aislacionismo que el país tuvo en años recientes. Y este protagonismo va más allá de un mero liderazgo per se, es una muestra concreta de nuestra vocación, historia y pertenencia latinoamericana.
Desde enero de 2020, México asumió la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), cargo en el que recibió la alta confianza de los demás integrantes para desempeñar un segundo mandato durante 2021. En esta gestión, nuestro país ha liderado el acceso y la distribución de vacunas contra COVID-19 en América Latina, fortaleció la posición de la región ante foros internacionales en aspectos clave como la recuperación sanitaria y económica de la pandemia, alentó el diálogo con socios extrarregionales y logró la Adopción del Plan de Autosuficiencia Alimentaria, la creación del Fondo de Adaptación Climática y Respuesta Integral a Desastres Naturales, y la firma del Convenio Constitutivo de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE), sólo por mencionar algunos resultados.
Hoy podemos señalar que somos referentes en temas como migración y atención a la pandemia de COVID-19. Y persistimos en nuestra tarea de fortalecer y reimpulsar la integración y los mecanismos existentes. Estamos conscientes de que los procesos de integración regional presentan dificultades según su naturaleza y que involucran voluntades políticas de los propios países. No obstante, México seguirá trabajando en impulsar y coordinar nuevas iniciativas que contrarresten esos obstáculos. Estos procesos brindan espacios para generar beneficios comunes, a la par de mayores niveles de crecimiento y desarrollo económico y social.
El escenario internacional que prevalece es complejo; las secuelas de la pandemia replantean las formas de vida de la humanidad, pues las debilidades que aquejaban a las poblaciones se han profundizado. Para América Latina, los nuevos vientos podrían traer cambios positivos a la hora de repensar la integración regional. En Chile, el joven mandatario Gabriel Boric ya ha propuesto un plan global para resolver la crisis migratoria que aflige a la región.
En el Senado de la República seguiremos abogando para fortalecer los canales multilaterales y regionales de diálogo que abonen a una integración regional más sólida, profunda y acorde para responder a las necesidades reales y a los desafíos.
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