El Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés) firmaron en Río de Janeiro, un acuerdo comercial que crea un mercado de trescientos millones de personas y reafirma el multilateralismo, en medio de las tensiones generadas por el proteccionismo de Donald Trump.
El tratado, calificado como un hito entre los dos bloques, es considerado estratégico para ayudar a enfrentar desafíos globales, como la guerra comercial impulsada por Washington y el cambio climático, según sus signatarios.
“En medio de un mundo en incertidumbre estamos dando una prueba de que es posible fortalecer el multilateralismo y el libre comercio”, dijo el vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, en la ceremonia, realizada en el Palacio de Itamaraty, en Río de Janeiro.
Para el canciller brasileño y anfitrión del evento, Mauro Viera, la firma del nuevo acuerdo refleja la defensa de un libre comercio basado en normas.
“En un mundo marcado por las tensiones comerciales y el creciente proteccionismo seguimos defendiendo el comercio internacional, basado en normas, como herramienta para impulsar el crecimiento económico y la prosperidad de nuestros pueblos”, apuntó el jefe de la diplomacia brasileña.
En el mismo sentido se pronunció el canciller uruguayo, Mario Lubetkin, quien además calificó el tratado como una “alianza estratégica”.
La magnitud del acuerdo entre Mercosur y EFTA
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que conforman el Mercosur, junto con Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein, países miembros de la EFTA, representan un PIB combinado de más de 4,3 billones de dólares y un área comercial de unos trescientos millones de consumidores.
Con el tratado, se beneficiará más del 97 % de las exportaciones de ambos bloques, lo que, según las partes, se traducirá en un incremento del comercio bilateral y ventajas para empresas e individuos.
Entre los apartes del acuerdo, se pactó que, una vez entre en vigor el tratado, la EFTA eliminará el 100 % de los aranceles de importación sobre los productos de los sectores industrial y pesquero procedentes del Mercosur.
Por su parte, el bloque suramericano tendrá un plazo de quince años para concluir un proceso gradual de reducciones arancelarias sobre la mayoría de las importaciones de los productos industriales de los nuevos socios europeos.
La EFTA también se comprometió a otorgar inmediatamente preferencias arancelarias, contingentes libres de aranceles o liberalización total para una amplia gama de productos agrícolas claves para el Mercosur, como café, carnes de vacuno, ave y cerdo, etanol y vino.
El tratado abarcará el comercio de bienes y servicios, inversiones, propiedad intelectual, compras públicas, competencia, reglas de origen, defensa comercial, medidas sanitarias y fitosanitarias, obstáculos técnicos al comercio, asuntos legales y solución de controversias, e incluirá un capítulo de comercio y desarrollo sostenible.






