Daira Nayeli Soriano Hernández
El mundo cambia, y la ciencia no puede quedarse atrás. En la actualidad, ha cobrado relevancia un enfoque multidisciplinario que transforma la manera en que entendemos la investigación biomédica: la medicina traslacional. Este modelo busca acelerar la aplicación de los hallazgos científicos en la práctica clínica, optimizando tratamientos, mejorando la atención a los pacientes y fortaleciendo las políticas de salud.
Tradicionalmente, la investigación biomédica y la práctica clínica han operado en paralelo, con una barrera entre los investigadores de laboratorio y los médicos en contacto directo con los pacientes. Esta separación, en muchas ocasiones, retrasa la implementación de avances científicos y dificulta la personalización de los tratamientos. La medicina traslacional rompe con esta brecha al integrar ambas disciplinas, permitiendo que clínicos y científicos trabajen en conjunto para diseñar soluciones más eficaces.
Organismos internacionales, como los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. (NIH) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), han impulsado iniciativas que fomentan este enfoque, reconociendo su impacto en la salud pública. En países con sistemas sanitarios avanzados, la medicina traslacional ha demostrado reducir el tiempo de implementación de nuevas terapias y mejorar la actualización de guías clínicas, resolviendo así el problema de la obsolescencia en los tratamientos médicos.
En México aún queda camino por recorrer en medicina traslacional. La Facultad de Medicina de la UAQ fue reconocida en 2024 como la mejor universidad pública para estudiar medicina, y otras facultades han posicionado a la UAQ entre las mejores del país. Esto demuestra que tenemos el talento para formar excelentes profesionales de la salud con un enfoque traslacional, pero aún no contamos con un programa que nos acerque y entrene en esta disciplina.
Sin un programa de formación en medicina traslacional, quedamos rezagados frente a países que ya invierten en esta tendencia para mejorar la salud pública. Es urgente abrir espacios que impulsen esta disciplina y formen profesionales capaces de llevar la ciencia del laboratorio a la práctica clínica.
Invito a mis colegas en el área de la salud a interesarse en este tema y adoptar lo que nos ayude a mejorar la atención a nuestros pacientes. A los líderes del sistema educativo y de salud, los exhorto a apostar e invertir en este enfoque, pues su impacto será altamente beneficioso. Y a mis compañeros de carrera, los animo a involucrarse en la medicina traslacional y a inspirar a otros, tal como mis docentes y colegas investigadores han hecho conmigo.
Alumna de 9no semestre de la Facutlad de Medicina de la Universidad Autonoma de Querêtaro.