Federico Arreola
Eso —”me duele hasta el alma, lo más profundo… que se le devuelvan mil millones de pesos a una contribuyente”— lo dijo Andrés Manuel López Obrador hace unos días a propósito de la devolución de impuestos a la señora Carmela Azcárraga ordenada por la ministra Yasmín Esquivel Mossa, a quien secundaron en su insensata decisión los ministros Alberto Pérez Dayán y Luis María Aguilar Morales.
Desde luego, el dolor de AMLO surge de la devolución en sí misma —mil millones que no serán usados para financiar programas sociales lastiman al más honesto de los presidentes—, pero, sobre todo, le golpea el alma un hecho inocultable: saberse traicionado… Y es que, digamos las cosas como son, a Andrés Manuel lo traicionó una jurista en la que confió para que las cosas en el poder judicial no volvieran a ser como eran en los tiempos de la corrupción.
No hay ninguna duda: lo que hizo la ministra Esquivel Mossa equivale a un acto de traición al proyecto del hombre que más ha luchado en la época contemporánea por la transformación de México.
“El que nada debe, nada teme”
Supongo que Andrés Manuel no volverá a usar esa frase cuando se entere de la necedad del fiscal Alejandro Gertz Manero, quien ha decidido usar su poder para encarcelar a 31 científicos. Necedad, sin duda, y hasta peligrosa obsesión del titular de la FGR. Un juez no le cumplió su capricho de castigar a tanta gente dedicada a la ciencia, y en vez de aceptar que se equivocó y que no hay delito que perseguir, ha jurado que volverá a intentarlo, que no parará hasta ver en la prisión de Almoloya a hombres y mujeres de ciencia que en lo personal detesta.
Ya debe quedarle claro al presidente López Obrador que, ante el deseo de venganza del poderoso, el que nada debe, sí teme.
Resultará imposible a la 4T explicar la persecución a tantas personas dedicadas al conocimiento. ¿Que entre los científicos hay pillos? Alguno o algunos habrá, ¡¡¡pero no todos, carajo!!! Si hay pruebas contra alguien, que se presenten. Pero, ¿lanzarse, evidentemente a tontas y a locas, contra 31 personas que han dedicado su vida a la ciencia?
Estos científicos, estas científicas nada deben y tienen mucho miedo, Andrés Manuel:
José de Jesús Franco López
Enrique Cabrera Mendoza
Victor Gerardo Carreón Rodríguez
Julia Tagüeña Parga
Luis Mier y Terán Casanueva
Adriana Ramona Guerra Gómez
David García Junco Machado
Jesús Arturo Borja Tamayo
Rafael Ortega Reyes
María Dolores Sánchez Soler
Miguel Adolfo Guajardo Mendoza
Luis Gabriel Torreblanca Rivera
José Rodríguez Roque Díaz
Elías Micha Zaga
Inocencio Higuera Clapara
Julio César Ponce Rodríguez
Lorena Archundia Navarro
Rafael Pando Cerón
Teresa de León Zamora
Jorge Antonio Villegas Rodríguez
Salvador Emilio Lluch Cota
Miguel Gómez Bravo Topete
Rosa Eugenia Sandoval Bustos
María Mónica Ramírez Bernal
Pablo Rojo Calzada
Regina María Alarcón Contreras
Mauricio Francisco Coronado García
Marcial Bonilla Marín
Gabriela Dutrénit Bielous
Patricia Zúñiga
Francisco Salvador Mora Gallegos
Se suponía —al menos es lo que Andrés Manuel suponía— que con Gertz Manero en la fiscalía las cosas no iban a ser como fueron en el pasado corrupto, en el que se usaba a las instituciones de procuración de justicia para venganzas políticas o personales. Un supuesto fallido, sin duda.
Cuánto debe dolerle el alma al presidente de México la traición de otra persona en la que confió.
A la 4T amenaza con destruirla su propia gente.
El 30 de octubre de 2020, en La Jornada, Pedro Miguel dijo que el enemigo de la 4T no está en la derecha —que “estorba mucho, sí, pero en el momento actual carece de posibilidades para detener la transformación de México”—, sino en el propio equipo de AMLO: “El aparato gubernamental sigue plagado de intereses atrincherados que trabajan en contra del propio gobierno”.
Hace unos días, en Milenio, Epigmenio Ibarra hizo la lista de los fracasos de la derecha en su cruzada para acabar con el proyecto de AMLO:
Con el alud de amparos no pudieron detener las obras de infraestructura de la 4T.
No pudo impedir que los programas del bienestar adquirieran rango constitucional.
En las urnas, Morena derrotó a la alianza opositora.
En los medios se ha atacado a AMLO más que a ningún otro presidente, pero la aprobación de Andrés Manuel López Obrador ha crecido en todas las encuestas.
En las calles, la derrota de la derecha es evidente: no ha logrado una sola movilización importante en lo que va del sexenio.
Con lo que no contaba Epigmenio antes de escribir su artículo —Pedro Miguel sí lo vio venir— era con el monstruo invencible de la traición.
Alejandro Gertz Manero y Yazmín Esquivel Mossa —dos personas en las que Andrés Manuel confió— han golpeado más a AMLO y a la 4T que todos los activistas de la derecha juntos.
Por las traiciones evidentes, la 4T está en riesgo de derrumbe. Ojalá AMLO y sus seguidores más honestos lo vean y actúen antes de que sea demasiado tarde.