ALHAJERO
El proceso para la legalización de la mariguana -en usos lúdicos, medicinales, de investigación, industrialización y comercialización- ha resultado como una memorable canción de los Beatles: Un largo y sinuoso camino.
Empero, ayer retomó su camino al interior de las Comisiones unidas de Seguridad, Justicia y Estudios Legislativos y entre discusiones, risotadas y bolsas de orégano (cortesía del senador Jorge Carlos Ramírez Marín), la iniciativa logró ser aprobada en lo general con los votos de Morena, de Movimiento Ciudadano, del PT y del PRD.
El PAN, como ha ocurrido tantas otras veces en el pasado –recordemos la oposición de Ernesto Cordero y el enorme churro de mariguana que presentó a manera de caricatura en la legislatura pasada del propio Senado- votó en contra.
El PRI se abstuvo bajo el argumento de que la iniciativa se podía mejorar mucho.
En lo cual tienen razón.
Uno de los puntos de mayor controversia y de desencuentro entre los legisladores tiene que ver con el uso de la cannabis para los usos fiesteros, lúdicos, pues el gramaje que puede traer un consumidor sin considerarse delito, pasará de 5 a 28 gramos (y hasta 200 gramos con derecho a multa). Y eso, a algunos, les parece un montón.
Según el dictamen presentado –de 228 cuartillas- y aprobado ayer en lo general, se reserva la venta de mariguana a niños, niñas y adolescentes de hasta 18 años, para uso lúdico o recreativo y contempla sanciones para quienes vendan a este sector de la población (tal y como ocurre con el alcohol).
Sólo se permite su venta en el caso de que sea con fines médico, farmacéutico o paliativo.
Para los adultos consumidores se contempla que puedan tener hasta cuatro plantas de cannabis. Y el producto de la cosecha de la plantación por persona (de las macetas en los hogares), deberán permanecer en la vivienda de quien la consume para su uso personal.
Personas que lo requieran por su condición de salud, puedan sembrar 20 plantas al solicitar un permiso con el Instituto Mexicano de Regulación y Control de Cannabis.
La regulación de todo el proceso, desde la cosecha hasta la comercialización –y aquí sí que el embrollo es aterrador- tocaría al Instituto Mexicano de Regulación y Control del Cannabis. O sea, el Estado.
Y ya ni les cuento la cantidad de órganos y consejos ciudadanos que intervendrían para la regulación del mercado de la mariguana. Son un titipuchal.
Por lo pronto, decíamos, la iniciativa fue aprobada en lo general. Habrá una nueva reunión en comisiones para discutirla en lo particular. Pero eso seguramente será hasta la semana entrante, después del 9M.
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GEMAS: No sólo la atención hacia las mañaneras va a la baja -lo muestran las encuestas-; más bajo aún es el nivel en el que han caído.