ALHAJERO
Hay que mirar el bosque completo para entender lo que está ocurriendo — apunta un miembro del equipo cercano de Andrés Manuel López Obrador.
Y no hay que perder de vista —agrega— que estamos ante una lucha contra los neoliberales: los avances y movimientos de la Cuarta Transformación frente a los intentos de “sabotaje” y “desestabilización” de los conservadores.
Ésa es la visión —y la lectura de ciertos hechos— desde Palacio Nacional. Cosa, por cierto, que reiteradamente menciona el propio Presidente de la República en sus conferencias, pero que pocos dimensionan a cabalidad.
En el caso de los medios de comunicación —citan como ejemplo—, no se trata simplemente de si López Obrador responde en la mañanera a las ocho columnas de un diario o a la crítica de un articulista o un columnista. El tema va más allá de lo que parece a simple vista.
Desde su perspectiva, lo que ven es a un medio al servicio de los hombres del dinero realizando campañas de desprestigio contra el gobierno en funciones.
No lo ven como un caso de libertad de expresión. De ahí el exhorto presidencial reiterado: ¡fuera máscaras!
Lo mismo piensan entre los muros de la 4T, de la mayoría de los órganos autónomos y de sus integrantes: autonomías ficticias —enmascaradas en la sociedad civil, a decir de AMLO—, creadas para proteger los intereses de sus inventores y de los poderosos, frente a las iniciativas que está tomando a favor del pueblo.
De ahí —siguiendo con su visión— que el propio Presidente los ningunee, diga que no tienen autoridad moral, los mande investigar, o rechace de manera grosera sus comentarios o recomendaciones, los tilde de “traidores” y busque desaparecerlos de ser posible.
Pero aseguran que los desafíos y las provocaciones de los neoliberales y la “mafia en el poder” se desataron. Ahí inscriben acciones como los cientos de amparos en contra del cierre del Nuevo Aeropuerto Internacional de Texcoco y en contra de la construcción del de Santa Lucía.
Lo mismo consideran una infamia el ver exhibirse —a manera de burla grotesca— a ministros de la Suprema Corte con el expresidente Enrique Peña Nieto y distinguidos miembros del poder político, tal como ocurrió en la boda de la hija del abogado Juan Collado. Y no digamos la insubordinación de la Policía Federal, achacada a miembros del sexenio pasado y al de Felipe Calderón, él incluido.
Las respuestas de la 4T no han tardado: van desde las consultas a mano alzada —“para provocar”— y la estigmatización directa del propio Presidente a sus adversarios; hasta investigaciones desempolvadas por la Unidad de Inteligencia Financiera. Unas a manera de mensaje, como la de Eduardo Medina Mora; otras, llegando a la detención de por medio, como la del defensor de los “intocables”.
GEMAS: Obsequio de Tatiana Clouthier a Carlos Urzúa: “Me parece un acto cobarde irte así nomás y decir ‘aquí están estas cosas’, dejar la víbora chillando y darlo a la imaginación”.