ALHAJERO
¿Protección consular? ¡Para nada!
Si de alguien quiere alejarse Genaro García Luna (GGL) es precisamente de los representantes del gobierno mexicano y de todo aquello que huela a la Cuarta Transformación.
Razones le sobran. Y no sólo es la desconfianza.
Por un lado, García Luna tiene como enemigo –sí, enemigo con todas sus letras- al mismísimo Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero. Cuentas pendientes perduran entre ambos:
-Una data de hace 18 años, del 2001, cuando Gertz Manero (secretario de Seguridad Pública de Vicente Fox) denunció al llamado “súper policía” por compras irregulares de aeronaves y motocicletas durante su paso por la Policía Federal Preventiva como Coordinador general de inteligencia.
-Otra –y aún más relevante-, la fuga de “El Chapo” Guzmán recién iniciado el gobierno foxista, cuando se encontraba en plena transición –de la Secretaría de Gobernación hacia la Secretaría de Seguridad Pública- la administración del sistema federal penitenciario.
García Luna (con toda desfachatez) culpó a Gertz de la fuga.
El tema, sin embargo, se manejó muchos años en lo oscurito. Fue hasta 2011 que ambos funcionarios lo hicieron públicamente: Durante la presentación de un libro, el hoy detenido en Texas acusó a Gertz haber destruido a la Policía Federal Preventiva y de ser el responsable de la fuga del capo sinaloense.
Gertz, entonces diputado por Convergencia, rechazó la acusación y sostuvo que aquel episodio fue “tan claro” que Jorge Tello Peón, subsecretario de seguridad de la Secretaría de Gobernación, “asumió la responsabilidad de la traición que había cometido sus empleados”.
Eso fue lo que se dijo públicamente, pero la sospecha desde entonces recayó en García Luna. Y Gertz se la guardaría.
El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, es el otro gran adversario del hombre que hoy está acusado en Texas de conspiración internacional y de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos.
AMLO ve en él –y de hecho lo fue- al arquitecto de la guerra contra el narcotráfico junto con Felipe Calderón. Exhibir a García Luna, su corrupción y sus complicidades con el crimen organizado, implica de algún modo exhibir también al ex Presidente y su fallida estrategia.
¿Cómo entonces respaldarse en el gobierno mexicano? ¡Al contrario! Acá también lo esperan cuentas pendientes.
La gran pregunta ahora –y es la que corre especialmente entre aquellos que trabajaron con él- es qué va a hacer García Luna para defenderse: ¿Optará por hablar en un juicio abierto o se convertirá en testigo protegido?
Y sobre todo, a quiénes denunciará.
Como bien advierte el ministro en retiro José Ramón Cossío: Quien tiene la mano en el gatillo es él (GGL).
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GEMAS: Obsequio del almirante Rafael Ojeda: “Esa información, si usted la tiene, pásemela, porque nosotros no sabemos que en esa época (durante el calderonismo) estuviéramos trabajando nosotros muy de la mano con el señor García Luna”.