ALHAJERO
Cuando estaba por concluir el gobierno de Felipe Calderón e iniciar el de Enrique Peña Nieto (2012), un tema —más bien un nombre— era central e intransitable para el gobierno entrante: Genaro García Luna.
Si alguien terminaba detestado de aquella época panista —ya con Vicente Fox había encabezado la Agencia Federal de Investigaciones de 2002 a 2006, y con Calderón fue secretario de Seguridad Pública durante el sexenio—, era precisamente el llamado “súper policía”.
García Luna se había ganado con creces —por su arbitrariedad y su soberbia— el rechazo de buena parte de la ciudadanía, al punto que se convirtió en el símbolo de lo más despreciable de aquel grupo que gobernó México de 2006 a 2012.
El caso del montaje de la detención de Florence Cassez y de Israel Vallarta sería una de las tantas historias negras que acompañaron su carrera.
Sí, una de tantas, porque hay múltiples historias en su derredor.
Una de ellas es, precisamente, la que lo alcanzó esta vez —curiosamente en las mismas fechas: 9-10 de diciembre, a 14 años de distancia de aquel evento—: aceptar millones de dólares (de 2001 a 2012) en sobornos del cártel de Sinaloa a cambio de protección para sus actividades de narcotráfico.
Tal es una de las acusaciones que le imputa a García Luna el fiscal de Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York, Richard P. Donoghue —el mismo que llevó el caso de Joaquín Guzmán Loera—, además de otros cargos: asociación ilícita para el tráfico de cocaína y mentir en declaraciones.
Por ello es que hoy, arrestado en Dallas, Texas, se le vería esposado de pies y manos.
El otrora intocable funcionario ya no cuenta con la protección —que fue total en su momento— de Calderón ni mucho menos del poder que conlleva estar bajo el manto del Presidente de la República.
Ahora, García Luna está solo. Y en otro país.
Pero tampoco cuenta con la bendición del gobierno mexicano actual ni de la justicia de este país.
Ayer mismo, la Fiscalía General de República informó que una vez que termine de integrar la carpeta de investigación contra Genaro García Luna, solicitará su extradición.
La Fiscalía a cargo de Gertz Manero indicó que abrió una investigación contra el exfuncionario por los delitos de conspiración para traficar cocaína, declaraciones falsas a autoridades judiciales federales, cohecho, coparticipación en diversos delitos contra la salud y delincuencia organizada, entre otros.
La noche, pues, parece haber alcanzado ahora sí al ingeniero mecánico que transitó por las áreas más sensibles de inteligencia y seguridad de nuestro país.
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