ALHAJERO
Nadie puede salir ahora con aquello de que Jaime Bonilla, gobernador de Baja California, es enemigo de la 4T y adversario –resentido, corrupto y chayotero-, de Andrés Manuel López Obrador.
Porque si algo se conoce de la relación entre ambos es, precisamente, todo lo contrario: una fuerte amistad entre ambos y un apoyo del bajacaliforniano al tabasqueño –en términos políticos- que data de hace tres lustros (desde que amlo se propuso alcanzar la candidatura presidencial).
Así que las declaraciones, las denuncias del mandatario, no pueden ponerse bajo sospecha en ese campo. De ahí su valía y su gravedad (a ver si así reconocen López Obrador) que la situación allá abajo, en las clínicas y hospitales del Seguro Social no es como la pintan el vocero de Salud, Hugo López –Gatell, ni voceros oficiosos del IMSS.
Que la situación ya supuraba en distintos nosocomios de diversas partes del país, era más que evidente, por más que las autoridades lo negaran, guardaran silencio, o miraran hacia otro lado y nos recetaran en la conferencia de las 7 de la noche largas conferencias didácticas que poco o nada revelan de la realidad que muchos estamos viviendo.
Contagios masivos –en hospitales en Tlalnepantla, en Cabo San Lucas, en Tijuana, en Monclova, entre otros- que han sumado (hasta donde se sabe) cerca de cuatrocientos trabajadores de la salud infectados por el Covid-19. Y aún ni siquiera entramos a la fase tres…
“(Los médicos) están cayendo como moscas…”, describió el gobernador Bonilla, luego de que personal del IMSS negara la denuncia –hecha pública por Eugenio Derbez– del doctor Faustino Rubalcava, de la Clínica 20 del Seguro Social, sobre la precariedad con que estaban enfrentando la pandemia.
“Esto nos rebasó…, ya no podemos más. No contamos con el equipo y material para protegernos (…) Todos los jefes de piso hasta el director de la unidad, ¡incapacitados! Nos han dejado solos. Se han bajado del barco demasiado temprano”.
“El problema del Seguro Social afectó a los bajacalifornianos porque hubo un descuido del IMSS en Baja California, que no se ha puesto las pilas, el IMSS no se aplicó”, expuso el mandatario bajacaliforniano en videoconferencia ayer por la mañana.
Pero no es sólo en su entidad. Lo cierto es que no hay espacio médico en el que los doctores sopesen si se mantienen trabajando en las condiciones tan poco seguras y faltas de protocolo en que los tienen.
El problema va más allá de cualquier cláusula de conciencia. El verdadero problema, como han denunciado por distintos medios los propios médicos, enfermeros, camilleros y cuantos trabajadores acuden a las clínicas y hospitales, es que los están dejando luchar solos y sin protección.
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