ALHAJERO
La historia se vino del lado que queríamos
Van algunos detalles para quienes gustan de leer e interpretar detalles: doña Olga Sánchez Cordero, a quienes algunos ven renunciando desde hace semanas -y otros que anhelan que su caída ocurra ya pronto-, llegó al Teatro de la República en Querétaro bien acompañada.
Dos de los hombres más cercanos al Presidente la custodiaban: Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico, y Alfonso Durazo, secretario de Seguridad. Ya en el vestíbulo, aguardó la llegada de Andrés Manuel López Obrador junto con el presidente de los Diputados, Porfirio Muñoz Ledo.
El tabasqueño fue de lo más efusivo con Porfirio -luego celebraría y sonreiría ante algunas de las ocurrencias que largó el legislador en su discurso-; a la ex ministra de la Suprema Corte la tomó del brazo e ingresó con ella al escenario. El recinto donde aguardaba “la República”, para conmemorar el 102 aniversario de la Constitución, contaba con la presencia de 18 gobernadores. Entre ellos, el anfitrión, el panista Francisco Domínguez, quien lució contento, al igual que Carlos Joaquín, de Quintana Roo (coalición PRD-PAN); y que el priista mexiquense Alfredo Del Mazo.
De Monterrey, Jaime Rodríguez El Bronco; el de Movimiento Ciudadano, de Jalisco Enrique Alfaro,al que le costó dejar de lado su gesto huraño; Silvano Aureoles, del PRD, más preocupado que otra cosa; la jefa de Gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, cuya expresión de habitual mal encarada, pocas veces dejó pasó a una sonrisa.
Oradores del día, los clásicos en esta fecha: El gobernador de Querétaro, la secretaria de Gobernación, el presidente de laSuprema Corte (Arturo Saldívar), los presidentes del Congreso (Porfirio y Martí Batres) y el Presidente de la República.
Llamaban la atención algunos de los miembros del gabinete que compartían la primera fila de la mesa al lado de López Obrador. Van los que estaban: los secretarios de Defensa y de Marina, Luis Cresencio Sandoval y Rafael Ojeda; y los titulares de Agricultura, Víctor Villalobos; Bienestar, María Luisa Albores; Comunicaciones, Jiménez Espriú; Cultura, Alejandra Frausto; Gobernación, Sánchez Cordero; y Trabajo, Luisa María Alcalde.
De este abanico, cuyos miembros bien podrían considerarse simbólicos y representativos de artículos importantes de nuestra Constitución de 1917, destacaba la ausencia del secretario de Educación, Esteban Moctezuma.
En cuanto a los discursos, quedó tintineando el mensaje del Presidente sobre la posibilidad de impulsar una nueva Constitución hacia el final de su sexenio: “Una nueva Constitución no debe descartarse, pero podría dejarse para el porvenir, cuando entreguemos la estafeta a las nuevas generaciones”, dijo.
Muñoz Ledo, precisamente, lleva muchos años en eso, aguardando la hora de celebrar una nueva Constitución.
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GEMAS: Obsequio de Porfirio Muñoz Ledo: “Por primera vez en mucho tiempo se ha roto un equilibrio de fuerzas, el empate catastrófico que llamara Gramsci: o se va de un lado o se va del otro. Y ya la historia se vino del lado en que queríamos.”