- Operó el canciller desde Querétaro el entuerto de López Obrador
- Envía Abigail mensaje de unidad a priistas en el Consejo Político
- Se mantiene el queretano Kuri en top ten de Demoscopía Digital
- Exhuma Toño Zapata el proyecto de candidaturas metropolitanas
Del hoyo.
Poco después de las 10 de la mañana del miércoles pasado, el gobernador Mauricio Kuri González salió con el canciller Marcelo Ebrard de desayunar en la Barbacoa Santiago en el kilómetro 152 de la México-Querétaro, a la altura de Palmillas.
Kuri pidió las llaves de la camioneta Suburban y tomó el volante. A su derecha, el secretario de Relaciones Exteriores, impaciente, observaba su teléfono. Le informaron que el presidente Andrés Manuel López Obrador le hablaría para analizar la crisis peruana.
A 4 mil 430 kilómetros de distancia, una hora antes, había estallado una crisis que llevaría a deponer y arrestar al presidente Pedro Castillo, tras intentar disolver el Congreso andino, como otro peruano de triste recuerdo, Alberto Fujimori en 1992.
Acá en México, rodaba la camioneta negra por la Carretera 57, cuando entró la llamada desde Palacio Nacional.
Pero la recepción, para no variar, era malísima, lo que obligó al piloto Kuri a orillarse. La comunicación entre Ebrard y López Obrador fue breve.
Luego, ya en Palacio de la Corregidora, Marcelo Ebrard se encerró en una oficina para hacer llamadas, enlaces, con la embajada de México en Perú. El presidente había dado la instrucción de abrir las puertas de la sede diplomática al depuesto Pedro Castillo y su familia. El asilo estaba proceso.
Pero en el trayecto, fue detenido y puesto a disposición de las autoridades judiciales, quienes decidieron trasladaron en helicóptero esa misma noche a la cárcel de Barbadillo, el mismo sitio donde permanece internado Fujimori.
Lo cierto es que más allá del intento de golpe de Estado, a Castillo se le acumularán otros casos de corrupción. La fiscal de la Nación lo acusó de liderar una presunta mafia dentro del Gobierno y de tráfico de influencias. La Procuraduría General del Estado también lo denunció por los delitos de sedición, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública. Casos a los que se enfrentará ya sin la inmunidad presidencial.
Pero al presidente López Obrador esos no le parecen suficientes argumentos para destituir a su aliado político y achacó a “los intereses de las élites económicas y políticas” que, desde el inicio del gobierno de Castillo, han mantenido “un ambiente de confrontación y hostilidad” en su contra.
Pero Pedro Castillo, que por la mañana había ordenado la disolución del Congreso y decretado un Gobierno de excepción, no pudo librar el brazo de la ley y, además, propició una crisis diplomática entre ambas naciones derivada en buena medida por las declaraciones de López Obrador.
El Gobierno de Perú acusó injerencismo de parte del presidente Andrés Manuel López Obrador al haber descalificado la remoción de Pedro Castillo como presidente y criticado que fueron las élites las que generaron una ambiente de hostilidad en su contra desde que tomó posesión.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú informó, en comunicado de prensa, que solicitó al embajador mexicano, Pablo Monroy, que el gobierno se apegue a principios internacionales.
“Las expresiones de las autoridades mexicanas constituyen una injerencia en los asuntos internos del Perú, y no resultan consistentes con los acontecimientos que se han sucedido en días recientes.
“Con relación a las declaraciones de dichas autoridades respecto al derecho de asilo invocado por el expresidente Pedro Castillo, se señaló al Embajador Monroy la necesidad de que los estados se ciñan a las normas contenidas en los tratados internacionales vigentes sobre la materia y cumplan con todos los requisitos que los mismos establecen”, se lee en el documento.
Pero López Obrador no acepta que le endilguen el calificativo de injerencista. Y mientras patea la Doctrina Estrada por los pasillos de Palacio Nacional, abriendo frentes ante, por ejemplo, Colombia, EU, Bolivia, Argentina o Ucrania, el canciller Ebrard trata de resolver los entuertos de su jefe.
Y Kuri González fue testigo privilegiado el miércoles pasado.
Qué cosa.
-OÍDO EN EL 1810-
Unidad.
La dirigente estatal del PRI, Abigail Arredondo encabezó el viernes la sesión de consejo político estatal y celebró posteriormente la posada del tricolor. Aprovechó la presencia de los principales cuadros de ese partido para enviar un mensaje claro:
“Ustedes lo ven diario; la inseguridad y violencia están desatadas y, digan lo que digan, ya nos está afectando en nuestra entidad. Pero también vivimos problemas graves como la salud, la educación, vivienda, movilidad, cultura, deporte, entre muchos otros.
¡México nos necesita! Apostemos por la unidad, ya que solo de esa manera, haciendo un frente común, lograremos recuperar el país que todos deseamos”.
Así de claro.
-¡PREEEPAREN!-
Faltan 19 días.
Para concluir este 2022 e iniciar el llamado Año Político, previo a las elecciones, la mayoría de los queretanos estamos inmersos en las celebraciones decembrinas pero los profesionales de la cosa pública están en lo suyo y hasta se dejan ver, como cierta diputada federal panista en actos guadalupanos.
Y es que, de acuerdo con los enterados, por allá de noviembre -sino es que antes- estarán definidos los candidatos presidenciales y comenzarán a confirmarse o desvanecerse las aspiraciones de los tiradores a las senadurías, diputaciones federales y locales, presidencias municipales y, de perdida, regidurías.
A diferencia del tango, la ambición no duerme, ni el músculo descansa.
Esto ya rete-comenzó.
-¡AAAPUNTEN!-
Por lo pronto.
Demoscopía Digital presentó su ranking de gobernadores, en donde Mauricio Kuri se mantiene en el top ten con 62.9 por ciento de aprobación y junto con su tocayo Mauricio Vila, de Yucatán, son los únicos panistas en ese club en el que figuran siete morenos (incluida Layda Sansores) y uno de la alianza con el PRI y PRD.
En fin.
-¡FUEGO!-
Ocurrente.
El que se voló la barda fue otra vez el diputado local panista Antonio Zapata al exhumar la iniciativa de alcaldes metropolitanos que se pretendió hace seis años para que alguien de la zona pudiera ser electo en un municipio vecino y que se congeló cuando se dieron cuenta de que un rector, habitante de Corregidora, quedaría habilitado para buscar la capital.
¡Porca miseria!