Me alegra que el gobernador electo, Mauricio Kuri, haya designado como Secretaria de Cultura a Marcela Herbert, una gran dama, cortés, educada, que amén de artista plástica, sabe lo que trae entre manos. Nunca es tarde para agradecerle públicamente que, como directora del Museo de Arte Moderno, me haya dado la oportunidad de compartir mi colección de obra gráfica que, por cierto, me fue devuelta, sin decir ‘agua va’ y no en el mejor estado, apenas tomó posesión su sucesor. Estoy seguro que su gestión será fructífera. Simplemente porque lo suyo es saber escuchar. Creo que con ella habré resolver algunos pendientes, como ese hermoso libro que la Dra. Larrondo le mostró al entonces gobernador Francisco Domínguez que sin prestarle demasiada atención le pidió que se remitiera con la Sra. Paulina Aguallo. Era de esperarse que nada ocurriera.
El libro conmemoraba los cuatrocientos de la presencia de los Carmelitos en Querétaro. Las imágenes se adentran en los detalles artísticos del templo de El Carmen, pero también en una visión del Claustro de la Orden, casi desconocido por los queretanos. El trabajo iconográfico de Gonzalo Alcocer es magnífico dadas su experiencia y sensibilidad. Y ni qué decir del diseño de su compañera Loraine. ¿Qué lo haremos? No cabe la menor duda. La presencia de los Carmelitos lo merece. Y el derecho de los queretanos a conocer y reconocer su patrimonio cultural, más aún.
Que Marcela habrá de preservar las buenas realizaciones de la gestión anterior, estoy seguro. Como persona respetuosa que es. El secreto de una buena administración cultural es ir sumando los aciertos y darles continuidad. A pesar de las difíciles condiciones que nos ha impuesto la pandemia, habrá, confiamos, propuestas innovadoras: concursos, premios, reconocimientos. Marcela es creativa y laboriosa. Felicidades, apreciable Marcela, mucho esperamos de ti.