Érika Hernández
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación mantuvo la candidatura de Ricardo Anaya para el Senado, ya que no cuenta con órdenes de aprehensión a diferencia del ex Gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, quien perdió la candidatura a diputado por tener dos órdenes de aprehensión, por delitos de delincuencia organizada y cometer operaciones con recursos de procedencia ilícita.
En el caso de Ricardo Anaya el TEPJF asegura que no existen órdenes de aprehensión, aunque él está exiliado. Ricardo Anaya es acusado por Emilio Lozoya de recibir pagos ilegales de Odebrecht, pero no tiene una orden de aprehensión.
“Se confirma el registro respectivo porque no se actualiza la suspensión de los derechos políticos del candidato denunciado que hizo valer el partido actor. Esto debido a que no acreditó: uno, la existencia de una orden de aprehensión sin que haya prescrito la acción penal; y dos, que el candidato denunciado se encuentra sustraído de la acción de la justicia, a fin de evitar ser sujeto a proceso penal”, indica la sentencia sobre Anaya.
Ambos proyectos fueron presentados por la magistrada Janine Otálora, quien al arrancar la sesión advirtió que presentará un recurso interno, porque sus propuestas fueron entregadas a las partes quejosas y denunciadas, lo que provocó que la presionaran.
“Se revoca el registro del candidato (Francisco Javier Cabeza de Vaca) al resultar inelegible porque se acredita la suspensión de derechos políticos prevista en el Artículo 38, fracción quinta de la Constitución General, al actualizarse las condiciones necesarias para considerar que está sustraído de la acción de la justicia.
“En primer lugar, se acredita el elemento de carácter normativo porque existen, por lo menos, dos órdenes de aprehensión vigentes en su contra, sin que hayan prescrito las acciones penales”, indica la sentencia aprobada por cuatro votos contra uno.
Se advierte que las autoridades del Estado mexicano han desplegado acciones para ejecutar las órdenes de aprehensión giradas en su contra, por lo que sí está sustraído de la justicia.