Varios días lleva ya Nacho Madero leyendo los ejemplares, subrayando algunas frases y columnas que le parecieron las mejores del periódico llamado “Regeneración” escrito y dirigido por los hermanos Gaspar Jesús, Cipriano Ricardo y Hermenegildo Enrique Flores Magón, a quienes el joven admira e involucra tal vez en una idea que comparten ¡El deterioro de México por las políticas porfiristas!
Desde columnas, reportajes serios de la situación que se vive, a estos hermanos ha costado ser encarcelados por el sistema de Díaz tan solo por lo escrito en las páginas, que, aunque no llega a todo el territorio, la ciudad de México y sus alrededores los números se venden proliferando en el ideario político, sin dejar a un lado que el Marxismo corre por las venas del globo terráqueo ¡Coinciden en mucho!
La visita que hace Madero a los presos, esta vez acusados de sedición e incitación al motín, la última vez fue por ultrajes a los agentes de la autoridad y previa a esta fueron por violar la ley de imprentas de la Ciudad de México; llevan más de veintidós detenciones, aunque Ricardo ha sido enviado inclusive a prisiones fuera de la capital con más de cuarenta, precisamente en la prisión de Veracruz el joven Madero hace por entrevistarse con Cipriano Ricardo a su vez ha aceptado rescatar al preso con el hecho de que Madero logre conocer la revolución que se está gestando desde las páginas revolucionarias.
Las imprentas del periódico Regeneración han tenido varios talleres debido a que los soldados de Díaz queman sus instalaciones, aquellos primeros números en el año de mil novecientos fueron en la imprenta de Don Filomeno Mata en la calle de Betlemitas No. 8 – Filomeno fue quien consiguió la entrevista entre Nacho Madero y Ricardo Flores Magón cerca de Veracruz al no saber que ya es preso- Los últimos números del periódico “Regeneración” se imprimen, primero en San Antonio Texas y en este momento en San Luis Missouri, allá se encuentran sus hermanos porque fueron exiliados por el gobierno de Díaz.
El Partido Liberal Mexicano – del que Nacho Madero ya es miembro- es quien financia este periódico, del cual las ventas son parte importante, quienes se anuncian saben que todos los impresos se leen y tiene una gran cobertura, el propio partido lo vende a sus allegados con carácter de “obligatorio”, en los mítines que realizan por varias partes de la ciudad se pide colecta para seguir imprimiendo; lo que pocos saben es que Madero ha prometido financiar parte del tiraje con la única condición de que se incluyan columnas escritas por él mismo, ante la inminente idea de que será candidato a elecciones una vez salgan las convocatorias ¡Si tiene el apoyo de los hermanos Flores Magón seguro tiene ganada la partida!
Madero en sus ayeres por Europa en específico en Londres y París, se ha construido una idea sólida de lo que debe ser una república justa, dinámica, con un equilibrio entre los poderes financieros y el pueblo; aunque la idea de que un estado sea con tendencias marxistas, cómo es la moda o esa idea prolifera por el mundo occidental, los hermanos Flores Magón representan un equilibrio por sus proezas sindicalistas, derechos por los trabajadores, salarios dignos e ideas revolucionarias acerca de que las personas tengan servicios médicos y acceso a educación sin costo, sea cual fuera la posición productiva, abundante o limitada. Solamente una idea no le parece la correcta al joven Nacho Madero ¡El estado debe ser socialista! En donde sean dueños de lo propio y de lo particular – ¡Eso demerita el progreso económico! – Piensa, así lo aprendió en el viejo mundo.
El fuerte de San Juan de Ulúa en Veracruz es el digno lugar para la temida represión del sistema porfirista – cómo lo fue durante gran parte en el virreinato- aquí terminan los opositores, el islote “La Gallega” le da alojo, estará a unos ochocientos metros aproximadamente de la ciudad mar adentro, encallado en un arrecife de coral se alzan enormes muros con poligonales que forman una gran estrella, las cuatro torreones San Pedro, San Crispín, La Soledad y Santiago permiten la vigilancia para evitar a toda costa la fuga de presos, así como incontables troneras para colocar fusiles y rifles. Existen historias que durante todo el año los tiburones rodean el islote ¡Saciados en sus fauces de rijosos reclusos!
¡Es una fortaleza de la tiranía ancestral! Afamados calabozos en donde se leen las últimas consignas de los decrépitos reos, algunos de ellos solo por no creer en Dios, otros por considerarse sediciosos en el simple hecho de no obedecer pagos de impuestos, algunos más llenos de odio a un sistema, cualquiera que fuera ¡Pocos son delincuentes verdaderos o peligrosos! En ocasiones San Juan de Ulúa es la vida misma – ¡Los verdaderos presos están en lo que llamas realidad infeliz! – Reza un escrito en una de las celdas.
En esta prisión no solo las libertades están limitadas, parte de la condena es pagar con los mendrugos de comida, azotes, amarres crucificados, colgados de los tobillos por días al péndulo de la injusticia ¡Se vuelven insanos de la mente! Alucinan con escenarios en su cabeza ¡Se pierde la cordura! Esa es la verdadera pena ¡Al morir algunos regresan como espectros! Deambulan en el ir y venir del clima del gran Golfo, cómo le llaman; azotes de lluvia y chaparrones inundan cada lugar ¡Los pies sangran ante la humedad! Algunos presos son abusados por las carnalidades de los carceleros ¡Pocas mujeres han llegado aquí! Brujas, sediciosas, hijas que al embarazarse se le hizo buena idea a su padre traicionado traerlas aquí cómo castigo, a la infamia de desprestigiar el apellido de la familia.
¡Existe una celda especial en donde se rumora que la esposa de un corregidor de Querétaro fue traída! Hace casi cien años, al saberse que había participado en los comienzos de las insurgencias independentistas fue apresada, traída aquí ¡Con tanto lujo de servicio! Que parecía más una visita cordial y apacible, caminaba entre los reos, enseñó a leer a algunos, contaba historias de la libertad y sosiego del espíritu ¡Era una mujer diferente! Hermosa a sus juventudes, poderosa, algunos de los encargados de esta fortaleza le rendían admiración y respeto ¡Hizo por hacer un reglamento de marcha! Inmutaba a los vigilantes a respetar a los reos – ¡Algunos de ellos solo guardan lo que os espera a ustedes! – les recriminaba.
Al paso del tiempo una fragata de lumbreras españolas vino por ella aquí mismo ¡En simples caminares toda la fortaleza le despidió! Hizo a los pies y subió al bergantín que de a lejos desapareció en la neblina cálida de los mares del golfo ¡La narración la hizo el propio Fray Servando Teresa de Mier! A quien todos en la prisión le recriminaban que era otra de sus alucinaciones.
Madero llega por barcaza con un remero que le consiguió el propio Filomeno Mata, al mismo lugar por donde partió la insurgente de finas ropas, ambos dos vestidos en elegantes trajes militares se hacen pasar por enviados de la capital, estoperoles y brillantes botonaduras son las exactas para pasar como un coronel de las fuerzas porfiristas acompañado de su capitán que va a recoger un reo que ha sido condenado a pena capital ¡La horca será su final! Las carrozas que les esperan en tierra cumplen con los requisitos de traslado de reos importantes, un piquete de también falsos soldados los acompaña a la usanza del ejército de marina porfirista ¡El uniforme les pica! No están acostumbrados ¡Hombres leales a Madero! Todo está preparado para sacar al disidente Flores Magón y llevarlo hacia Estados Unidos por la vía de Tampico hacia Texas.
Se ingresa por el portón principal que de inmediato le muestra al visitante el llamado muro de las argollas, una amplia pared en donde se colocan a los nuevos prisioneros antes de asignarles su celda definitiva, fuera hombre o mujer ¡Todos pasan por este muro! Las argollas están dos tantos del suelo ¡Todo argollado sucumbe al escalofrío de estar colgado por días! Es su bienvenida. Madero y su capitán ingresan con una orden escrita que el carcelero “hace por entender” – la verdad es que no sabe leer, pero finge- ¡Sus nombres coronel! – les pregunta-
– ¡Coronel Juan Alejo del Monte! Me acompaña mi capitán ¡Cirilo López!, del segundo batallón de caballería de San Luis Potosí, venimos por el reo Ricardo Flores Magón, que está en la celda continua con el número tres, traemos ropa y comida para su traslado – ¡La comida se queda aquí! No puede ingresar- le dicta el carcelero del portón – ¡Dije que traigo comida para el reo y así lo voy a cumplir! ¡Trae a tu sargento de guardias! – finge poder el joven Madero.
De inmediato se toca la campana de ingreso, se hace presente después de un rato el Sargento de Guardas de la fortaleza de San Juan de Ulúa, asignado por el propio presidente Díaz para custodia de los reos ¡Un hombre vil y desmesurado! Antipático y con secuelas de sífilis, seguro preñado por las mujeres del puerto que dan fama como amantes de la muerte ¡Su presencia ensancha el fétido aroma de la corrupción!
– ¡Traigo unas monedas para ti Guarda! – dijo Madero en voz pertinente, mientras le da un saco de veinte monedas de oro- Me acompaña el capitán López quien trae la orden desde la capital firmada por el propio presidente Porfirio Díaz – ¡Los dos hacen el saludo de mando! – Léela – le ordena.
El guarda hace cómo que lee – la verdad es que tampoco sabe- le acerca la carta al sargento, quien finge leer y la regresa a Madero – De propia voz coronel debe hacer la lectura de la carta, así lo marca la tradición aquí- Tomó de nuevo y comenzó a leerla:
“… que se otorgue a guarda custodia al coronel Juan Alejo del Monte para que sea llevado a la prisión de San Luis del Potosí al reo Ricardo Flores Magón, quien será ejecutado en las fechas próximas al 22 de julio de 1907… Ciudad de México, Alcaldía, 7 de enero de 1907…”
Se miraron tanto el guarda y el carcelero, sabiendo que el mando lo tiene el supuesto “coronel” no les queda de otra más que darle al preso. Después de un tiempo traen al reo en condiciones deplorables, en los huesos, desvariando de inanición ¡Madero hace un gran esfuerzo por contener la rabia! Sabe que la usanza manda deben de recibirlo con empujones y faltas de respeto, a lo que el joven Nacho no está de por sí nada acostumbrado – ¡Camina perro! Te espera una larga travesía de hambre, ya tan solo a simples pasos de la muerte ¡Sí no es porque tenemos que llevarte hasta San Luis Potosí ¡En este momento te degollaba y terminamos con tus infamias! – Sacó su sable y lo colocó en el cuello del periodista – ¡Mata al perro! – le grita el sargento de guardas – ¡Un sedicioso más que no hacen solo más que ladrar! – le propinó una patada al reo y lo tumbó.
Se acercaron a la barcaza, subieron los tres, cuando desde el lejano puerto sus “soldados porfiristas” le hacen señas con el quinqué ¡Menean las luces con el código de que va una barcaza hacia el fuerte! – ¡Rápido! De seguro alguien nos vio y vienen para acá – Se acercan al reo y le dicen: – ¡Somos nosotros Ricardo! Francisco Madero y Filomeno Mata, venimos por ti para llevarte al exilio con tus hermanos, nos dijeron los del partido que tenías fecha de muerte aquí en el fuerte, planeamos llevarte, tú solo guarda silencio –¡No hace por mirarlos! En su locura ya no reconoce el tiempo y la realidad ¡Se vence! – ¡Creo llegamos tarde Filomeno! – ¡No importa tenemos qué hacer lo posible por recuperarle! Seguro darle cuidados y una buena comida le harán entrar en razón ¡Se mira en los huesos! -.
Tomaron desviando la barcaza al tiro común de la fortaleza hacia tierra, por donde vienen ya hombres en otra barcaza, por mucho que doblaron fueron alcanzados, el Ayunto es quien manda en la guardia de la ciudad del puerto, va de pie – ¡Atended coronel! Atended, parad que lleváis al reo equivocado- le gritan desde la otra barca. ¡Las olas les levantan en un ritmo! Así que cada vez que bajan logran ver la barcaza más cerca – ¡Eh Coronel! Atended ¡Llevad al reo equivocado! – les vuelven a gritar- a Madero ya no se le hace normal la insistencia, esperaron a que se acercaran para lograr estar al tiro, Filomeno Mata se encuentra demasiado nervioso ¡No está acostumbrado a estas pesquisas! Con su mano mojada toma el arma – ¡Buenas noches señor! ¿Con quién tengo el gusto? – preguntó de inmediato Madero.
– ¡Soy el Ayunto de la ciudad! Me acompaña mi secretario y el encargado de la relatoría de la fortaleza ¡Muéstreme la orden de traslado del reo! Sus hombres me dieron un número equivocado de batallón, si usted viene por él, a quien debió de sacar es al que llaman “El Atoral” no a este sedicioso ¡Debe regresarlo! Acompáñenos, nosotros le escoltaremos coronel – ¡Sin más Madero sacó su colt y la vació en el Ayunto con un tiro en el vientre! Filomeno hace lo propio, pero no atina ninguno de sus tiros, ante el reflejo los de la barcaza se lanzan por la borda ¡En el mar las olas les cubren! Pero sigue Madero disparando para perforarla.
– ¡Rema rápido cabrón! -Le dice Madero- ¡Ayúdale Filomeno! – quien no ata aún de lo que pasa – ¡Estos cabrones ya se les mojó la pólvora y su barcaza la llené de agujeros! ¡Tendrán un rato para ponerse a salvo! Estamos a la mitad o deciden ir hacia la fortaleza, porque hacia el puerto la corriente ha subido – ¡Dadle duro! – continúa ordenando.
Una vez llegaron, los “Soldados porfiristas” están a un grito de auxilio, hombres del Ayuntamiento los atosigan con los oficios de traslado del reo, Madero enfundado en el supuesto coronel Alejo del Monte hace valer el supuesto grado – ¿Qué pasa aquí cabrones? ¿Existe algún problema? – disimulando molestia ordena al capitán del puerto – ¡Señor estos hombres no atinan a decirnos a que resguardo y batallón pertenecen! Solo eso – mientras hace la señal de mando – ¡Son mis hombres cabrón! ¿Tiene algún problema? Sí no saben su batallón es porque recién los recluté de varias consignas ¿Desea acompañarme con mi señor general para que de primera mano obtenga más información? – ¡Asustado el capitán no sabe qué contestar! – ¡Sus compañeros que me dieron alcance están a la deriva! Vaya por ellos ande ¡Pasaré el reporte a sus mandos en este momento! Usted debe obedecer señor- Le ordenó.
– ¡Sí señor! – Espantado contestó, hizo por las barcazas, entre todos se dieron a la tarea en la oscuridad a darle alcance a quienes cayeron en el mar; por su cuenta Madero y Filomeno Mata hacen por subir al reo a la carroza y tomar camino lo antes posible – ¡Andad que se nos hace tarde! – debemos tomar hacia el puerto de Tampico ¡Son muchos días! En poco tiempo tendremos a todo el ejército porfirista detrás de nuestro supuesto batallón, debemos llegar a Jalapa, hacer el cambio, ahí ya nos esperan hombres para apoyarnos- Filomeno subió con Ricardo Flores Magón a la carroza y Madero entró a otra más que le espera ¡Ahí está su joven Amira! Expectante de que no hubiera salido todo cómo se planeó – ¡Mi señor! Os pido que no lo volváis a hacer ¡He tenido suficiente de solo saber que no volverías! – Madero solo hace por acomodar el ficticio uniforme ¡Aún no termina la odisea!
Continuará…