La estadía en la universidad de Berkeley California, en la ciudad de California que lleva su nombre, fue corta, Madero cursó algunas materias de la carrera de Ciencias Agrónomas, pero se dio cuenta que sus materias cursadas en Paris no solo eran similares, sino que también las domina, realizando una solicitud a la institución de ver si pasando los exámenes se acredita sus conocimientos y obtener el grado, situación que le fue negada.
Ante la respuesta decide regresar a San Pedro de las Colonias en Coahuila trayendo de Estados Unidos dos grandes vivencias: Se dio cuenta que sabía más de lo que la institución le ofrece, inclusive fue nombrado tutor de otros estudiantes y el haber nuevamente coincidido con la señorita queretana Sara Pérez Romero, quien se matriculó con una de sus hermanas, en el colegio de Notre Dame, en Indiana, visitándose mutuamente en un romance, inclusive hasta inocente.
La joven tunecina Amira que lo acompañó en sus grandes travesías por el viejo mundo aún está a su lado, de cierta manera le sirve, acompaña, relación que la joven Sara no alcanza aún a distinguir ¡Él le comenta que es una acompañante! Pero ella sabe – bajo intuición- que seguro es algo más, por ello los celos no se dejan de presentar cada que ella aparece. Las reuniones entre el joven Madero y la señorita Sara están bajo la chaperona de la sanjuanense, mismas que en reciprocidad se atienen a solo establecer una simple comida, algún café y simples historias, fastidiosas citas en ocasiones ¡Se queja el joven Madero con su Amira! Pero que al paso del tiempo se acostumbró.
-Mi señor, si usted no le es atractiva la joven, no hacen más que platicar de política y asuntos de negocios ¿Por qué la corteja? Le observo cansado, en ocasiones fastidiado ¿No es mejor buscar otra pretensa? – le pregunta la joven tunecina de mirada hipnótica al joven Nacho, mientras reposan después del juego de pasiones.
– ¡Así se estila! Mira yo sé que mis costumbres no son las mismas de las que en tus tierras se logren entender ¡Me resulta extraño que fueras sirviente del Marabout y no tuvieras favores carnales! – pregunta inseguro Madero – Pero las respeto ¡Tú debes de ir conociendo las mías! Para que no tuvieras que hacer cuestionamientos, sino comprender nuestras tradiciones – tomó la taza de té que le había servido previamente la joven, sorbe con cuidado de no quemarse los labios ¡Aromas de humedad y rocío surgen en el paladar! Continúa explicando.
-Cortejar a una mujer de familia posicionada en los negocios y adinerada en sus capitales se basa en los modos europeos, algunos del sur de los Estados Unidos y en ocasiones ¡Alocadas manera de las madres mexicanas! ¿Qué decir de las mujeres queretanas? Recatadas y educadas por institutrices que de abolengo le hacen al más conservador estilo – trata de explicar Madero- ¿Qué es un estilo conservador mi señor? – pregunta la joven intrigada.
-Las familias adineradas de Querétaro gozan de un prestigio que inclusive ha llegado ¡Hasta Coahuila misma! Ser una familia conservadora queretana es cuando el padre, madre y hermanos mayores son los encargados de escoger al futuro esposo de la joven casadera, si son hijas todas deben esperar que la mayor sea cortejada, aproximadamente a los catorce años ya son candidatas a ser visitadas por los jóvenes ¡Qué de requisito también deben pertenecer al círculo familiar! De no ser así ¡Ni siquiera se le da permiso de enviar cartas! Que hablar de visitarla ¡Está negado! – Vaya interés de escoger a la mejor persona ¿Eso de verdad ha servido? – pregunta la joven de pliegues que enloquecen al joven – No sabría decirte si es válido en los romances de por allá ¡Pero lo llevan haciendo desde el tiempo de la Nueva España! – ¿Qué es la Nueva España mi señor? – Es cuando… vaya creo que tendré que contratarte a una institutriz – en broma le comentó.
-Mi madre siempre ha relatado cómo fue que su prima que vivía en Querétaro logró hacerse de un buen partido ¡Ella le mandaba cartas a mi madre explicando cada paso del cortejo! De verdad que ha sido toda una aventura. Mira, vamos a suponer que tú eres la hermana mayor de la familia y yo deseo cortejarte, tendría primero que mostrar con documentos mi situación económica, por ejemplo, llevando las escrituras de las tierras de mi padre y los libros de teneduría, debo llevar una carta en donde mi padre explica la situación de mi herencia.
– ¿Qué es una herencia mi señor? – Es cuando un padre al morir le deja los negocios a su hijo mayor, te sigo contando, debo mostrar los libros de los negocios de los que me haré responsable, en caso de comprobar con visitas de personas a las oficinas de la hacienda, lo cual llevará unos tres meses ¡Obtengo el permiso del padre de mandarte cartas! En donde expongo las intenciones.
¡Debe ser claro! Si deseo solo visitarla sin ningún plan de casarnos ¡Se permite! Pero sí se le deja claro al pretendiente de que no podrá visitarle en jueves o domingo – ¿Por qué esos días en especial mi señor? ¿Son religiosos? – Madero soltó la carcajada – No ¿Cómo crees? – continúa riendo – Esos días son porque los jueves y los domingos por la tarde la orquesta de la ciudad hace una serenata para los jóvenes ¡Esos días ellas tienen la libertad de aceptar a cualquier candidato! Haya hecho la presentación con el padre o no lo haya hecho. Si el padre dio permiso de visitar el ya comprobado de sus intenciones de ser, primero novio, después pretendiente y al final esposo ¡El único día que la podrá visitar serán los jueves y domingos!
– ¡Vaya costumbre mi señor! Pero dime ¿No hay algún momento en dónde ellos estén solos en intimidad? – Madero entre asombro y sonrisas trata de explicarle algo que parece ¡Ella no entendería! – Me resulta extraño decirte esto ¡Los hombres valoran mucho a las mujeres queretanas! Están cuidadas creo en exageración, mantienen sus votos religiosos cómo parte de su tradición, además de qué son grandes cocineras, madres y abnegadas compañeras ¡Se mantienen vírgenes hasta el matrimonio! Eso es un valor que ha agregado que gran parte de la región busquen relacionar a sus familias con las demás, si comparamos, Puebla, Michoacán y parte de San Luis Potosí son similares las costumbres ¡Ninguna mujer puede llegar impura al altar! Son costumbres centenarias de aquellas ciudades virreinales.
– ¿Qué pasa mi señor si la mozuela llega al altar sin conocer a otro hombre? – con los ojos de admiración la tunecina no logra comprender, ella viene de una cultura donde los musulmanes son amos y señores ¡Ellos compran a las mujeres! Las intercambian al placer, si una de ellas es impura ¡La apedrean hasta la muerte! Son duros de corazón.
-Yo he vivido toda mi vida cerca de la naturaleza – dijo el joven Madero- ganado y crianza de caballos, me queda claro que comprender estas costumbres resulta difícil, tú observaste que en Norteamérica la situación es otra, familias conservadoras mantienen costumbres similares ¡Pero no a tal grado! – la joven se ha quedado asombrada, la rigidez de las familias conservadoras se parece en mucho a su cultura ¡Ella se ha liberado de estas formas de relacionarse! Si el joven no le hubiera rescatado seguro viviría cercano a su Marabout, después hubiera tenido que servir al templo, pero al no conocer otra vida más que la que conoció ¡Seguro ni siquiera hubiera sufrido! Era su verdad y en ella estaba – ¡Cuéntame más mi señor! ¿Qué pasa al casarse?
-Las bodas queretanas son famosas en gran parte del bajío, una región de cultivo, sostén del grano y hortalizas, grandes haciendas coronan estos lugares, en todo momento los padres adinerados logran que otra familia junten sus haciendas ¡Logran con esto un liderazgo de producción! Así sostienen un sistema que ha funcionado desde hace siglos, así que si se pone un poco de atención no se casan dos jóvenes enamorados ¡Se unen fortunas que agrandan las fortunas!
– ¿Tú familia hizo eso mi señor? – atenta pregunta la tunecina – ¡Temo decirte que sí! No con la rigidez de las costumbres queretanas, pero sí, me temo que se ha hecho desde mis abuelos ¡Con ello hemos tenido por generaciones la producción de algodón! – ¿Tú madre ama a tu padre? – ¡No sabría qué contestar! – Pero él vio desde niño un gran respeto y atención a su padre por parte de su madre, en recíproco valor, tuvo una niñez llena de alegrías y simples preocupaciones de todos los días – ¡Supongo que mis padres ante la fuerza de casarse llegaron a amarse! No sabría de verdad que contestar-
¡La noche siguió entre el encuentro de los apasionados amantes! El joven Nacho ya es el encargado de gran parte de la productividad de las haciendas, negocio del algodón, embarques a Londres que tanto prometió, que ha traído menguas ganancias a la familia, Amira cercana en todo momento trata de comprender las nuevas tradiciones de estas tierras, sabe que su estadía podrá ser pasajera, pero fiel a su raza ¡No creen en el futuro! Todo está en manos del destino, o de aquello que ella misma está comenzando a creer ¡Construir su propio destino!
Zona Yaqui, cerca del río, octubre de 1890.
La llegada a Sonora por parte del joven Madero y su Amira, acompañados de un pequeño piquete de vigilantes de sus propios negocios, coincide con una de las festividades chamánicas de los pueblos de estos lugares, ellos creen en la luna, sol y estrellas, tienen una complicada relación entre la naturaleza-personas, consideran son parte del gran universo, se desenvuelven como parte de las constelaciones que firman la noche estrellada, por medio de hierbas alucinógenas logran contactarse con seres de otras dimensiones, ellos le llaman ¡Otro hogar! Un lugar en dónde se muestran soluciones a esta vida, en el plano terrenal.
Madero ha sido fascinado por varios trabajadores que vienen de Sonora a su hacienda y parte de la sierra, le han mostrado que maestros acercan a los jóvenes en estas prácticas, dejando claro que cada persona tendrá sus propias vivencias, si alguien cree en el río, su vivencia será dentro del agua, si alguien ama el desierto su vivencia será dentro de ese contexto ¡Madero cree profundamente en el espiritismo! Seguro su vivencia será con los seres del más allá.
El chamán que se acercó pareciera que en cada una de sus arrugas esconde toda una vida, no solo por sus canas, sino por un rostro inexpresable ¡Tallado en la roca! En aquella ocasión Amira entró al mismo rito, ambos se colocaron de hinojos con las manos hacia el cielo, a ella se le pidió que fuera vestida de blanco, a Madero se le dijo que debía llevar un pantalón de manta, sin camisa, descalzo; esto ayudaría que ambos tuvieran una relación inmediata con la naturaleza.
Todo comenzó con un baile alrededor de una gran fogata en donde colocaron ropa e instrumentos de ambos, algunos animales como palomas y gallinas, accesorios como cinturones, guantes, frutas ¡Todo en un gran fogón! Que comienza a desprender aromas que entrelazan todo lo expuesto, ambos han tomado las hierbas de la infusión que les acercaron, tomados de la mano logran acercarse al rito, el anciano hace las danzas pertinentes para lograr conectarse con el universo ¡Después de varios intentos logra elevar el espíritu de Madero!
…una gran neblina cubre el campo de algodones que desde niño Nacho ha visitado ¡No ha visto jamás este paisaje! Así que le parece alentador, camina por el gran sendero que conoce a detalle, pero al ir pasando algunas personas que le parecen conocidas le saludan ¡No les recuerda en nombre! Pero en esencia sí, continúa caminando y reconoce de inmediato la gran casa de su abuela ¡Recién pintada! Se acerca a los escalones que finalizan en la gran puerta de entrada, abre la puerta y con cautela entra a la sala que le recibe con una chimenea que truena los leños secos ¡Cómo cuando era niño! Al final de la sala un sillón de gran respaldo domina la contraluz, toma a resguardo y se acerca.
Después de lograr sin temor hacerse del respaldo ¡Descubre a su abuelo completamente dormido! Le hace al despertar cómo cuando era pequeño… – ¡Abuelo! Abuelo… ¡Despierta! – el anciano hombre al verlo le regala una sonrisa donde deja ver su emoción de verle, después le hace un abrazo en donde Madero logra inclusive oler el cabello cano, le dijo:
– ¡Mi Nacho que gusto volverte a mirar! ¿Qué haces aquí? ¿Has muerto? – le preguntó cómo entre sueños- Ven aquí a mi lado ¡Te voy a dar una cosa que debes de guardar muy bien! Es un secreto entre nosotros dos – le extendió un sobre amarillento, con un aroma a cajón de madera, con un tenue tono de terramicina, abrió y leyó ¡Había una fecha! Algo ilegible, cómo si se moviera, no logra distinguir bien los números, trata de mirar bien pero no lo define ¡Solo logra leer 1913! Una fecha, no presta atención y guarda el sobre…después de un rato de deambular por lo largo del sendero de los algodonales se quedó dormido ¡Un fuerte trueno lo despertó!
Amira le espera y el piquete de vigilantes de la hacienda hace todo lo posible por reanimar a uno de ellos – ¡Responde! – le dicen, mientras tratan de darle algunas cachetadas para despertarlo ¡No lo logran! Después de un rato se dan cuenta que había muerto, todos se admiraron, platican que mientras Madero dormía por el brebaje que le dio el chamán Yaqui ¡El hombre comenzó a moverse de manera extraña y se quedó en paz en un somnoliento letargo! Le asistieron, pero no lograron hacerlo reaccionar, cuando el joven Nacho despertó, el desmayado dio un gran suspiro y murió.
Al tratar de reaccionar Madero hace por levantarse ayudado por Amira y uno de sus hombres, un poco mareado trata de lograr reaccionar – ¡Mi señor dime! ¿Cómo te sientes? – ¡Me siento mareado, pero tuve una visión ¡Visité a uno de mis abuelos! Aunque su rostro no me parecía del todo cercano, me entregó un sobre con una fecha, traté de memorizarla, pero no lo conseguí, después de un rato de caminar entre sobras desperté ¡Ahora viendo al infortunado vigía que nos acompañó! -.
Amira y Madero se acercaron al desdichado, observaron sus manos en un rictus, sus piernas de igual modo, pero algo llamó la atención del joven… ¡Era el rostro del anciano que había confundido con su abuelo!
¡El joven Nacho se echó para atrás cayendo en la tierra! – Pronto escúlquenle la ropa ¡Debe tener un sobre amarillento! – les ordenó, todos obedecieron y trataron de tranquilizarlo porque no le encontraron nada, cuando le descubrieron el pecho el anciano tenía tatuado en uno de sus brazos la fecha: veintidós de febrero de mil novecientos trece, en números romanos.
Continuará…