Considerado como el Rey de la Moda Italiana y fundador de una de las casas de moda más reconocidas en el mundo, Giorgo Armani murió a los 91 años la mañana de ayer.
De acuerdo con un comunicado enviado por su compañía, el modisto murió en su casa acompañado de Leo Dell’Orco, su pareja durante los últimos 25 años.
“Con infinito pesar, el grupo Armani anuncia el fallecimiento de su creador, fundador e incansable motor: Giorgio Armani. El señor Armani, como siempre le han llamado con respeto y admiración sus empleados y colaboradores, falleció tranquilamente, rodeado de sus seres queridos. Incansable, trabajó hasta sus últimos días, dedicándose a la empresa, a las colecciones y a los diversos y siempre nuevos proyectos en curso y en desarrollo”, dio a conocer la casa de moda a través de la misiva.
Destacó por sus atuendos elegantes pero a la vez cómodos, creando un estilo que lo llevó a ser reconocido en el mundo.
“Creo que mi ropa puede darle a la gente una mejor imagen de sí misma. Le ayuda a aumentar su confianza y por consiguiente su felicidad”, solía decir.
Armani lanzó su marca en 1975 y construyó un imperio minorista difícil de igualar. Vendiendo desde su famosa chaqueta desestructurada hasta jeans, camisas, anteojos, zapatos y hasta fragancias. La firma con sede en Milán se convirtió en un fenómeno cultural.
Una gran cantidad de figuras del espectáculo utilizaron sus diseños, gracias al estilo y distinción que proyectaban.
En las entregas de premios como el Oscar, predominaban sus prendas entre los atuendos.
Richard Gere, Angelina Jolie, Julia Roberts, Nicole Kidman, Beyoncé Knowles, Tom Cruise, Sophia Loren, Leonardo DiCaprio, Jodie Foster, George Clooney, Sean Penn, Anne Hathaway, David y Victoria Beckham, utilizaban sus atuendos.
Entre los latinos se podía ver con sus prendas a Salma Hayek, Luis Miguel, Ricky Martin y Carlos Rivera.
A pesar del crecimiento empresarial y la vorágine comercial, Giorgo Armani trabajó arduamente para mantener su empresa independiente y así poder garantizar la calidad en sus productos, con tiendas en todo el mundo.
Cuidó en mantener su independencia y dejó todo arreglado para que su empresa quedará en manos de personas de su confianza. Aunque no tuvo hijos, varios familiares forman parte del consejo de administración, y desde hace tiempo sugería que un grupo extendido de asesores guiaría la compañía en el futuro
La fortuna personal de Giorgo Armani superaba los 10 mil millones de dólares, de acuerdo a reportes de medios especializados, y tenía a nueve mil empleados en sus empresas, de quienes se preocupaba por qué estuvieran cómodos.
Platicaba que sí sus empleados lo veían cercano y atendidos iban a trabajar mejor y a ser más productivos.
Desde que creó su empresa, junto a Sergio Galeotti (fallecido en 1985), Armani se esforzó por estar en el gusto del público, gracias a la creación de trajes masculinos más holgados en lugar de los cortes rígidos y abotonados. Ese estilo también logró la atención de las mujeres, muchas de ellas en ascenso profesional durante los años ochenta.
Su imagen internacional se consolidó cuando el actor Richard Gere vistió elegantes trajes de Armani en “American Gigolo” (1980). El diseñador cultivó una relación cercana con Hollywood, creando vestuario para más de 100 películas, entre ellas “Los Intocables” (1987), “Ocean’s 13” (2007) y “The Dark Knight” (2008).
“Me enamoré de la belleza idealizada de las estrellas de Hollywood”, llegó a confiar Armani.
Armani nació en una familia humilde el 11 de julio de 1934 en Piacenza, en el norte de Italia. Sus padres fueron Maria Raimondi y Ugo Armani. Tuvo un hermano, Sergio, y una hermana, Rosanna.
“Mi madre fue la principal razón por la que desarrollé interés en la moda”, le contó a la diseñadora británica Stella McCartney en una charla para “The Independent”.
“Ella siempre se preocupaba porque mi hermano, mi hermana y yo estuviéramos impecablemente vestidos”.
Luego de estudiar medicina, el joven Giorgo trabajó en la bodega de unos almacenes de ropa en Milán. Ahí creció su interés por la ropa. Por lo que luego se convirtió en vendedor de mostrador y posteriormente nació su inquietud por crear sus propias prendas. Luego fue diseñador para Nino Cerruti antes de trabajar como freelance para distintas firmas.
Con una mínima inversión decidió darle forma a su propia línea de ropa, que fue creciendo poco a poco gracias a su visión, estilo y aceptación del público.
Fue ampliando su propuesta hasta ir consolidando Emporio Armani, dónde además de la alta moda, también ofrecía jeans, bolsas, relojes, anteojos y perfumes. Uno de ellos, Acqua di Giò, se convirtió en una de las fragancias masculinas más populares, comercializada por L’Oréal. También incursionó en el deporte, diseñando los uniformes para la selección italiana de futbol que ganó la Eurocopa en 2021.
Armani abrió más de 20 restaurantes desde Milán hasta Tokio desde 1998, y dos hoteles, uno en Dubái en 2009 y otro en Milán, en 2010.
Logró distinciones a lo largo del mundo, como el premio a la Trayectoria del Consejo de Diseñadores de Moda de América, el Premio Leonardo otorgado por el presidente italiano Giorgio Napolitano en 2006 y la Legión de Honor de manos del presidente francés Nicolas Sarkozy en 2008. En 2000 fue celebrado con una exposición en el Museo Guggenheim de Nueva York. En 2019, el British Fashion Council lo reconoció con un premio por logros sobresalientes.
Sin lugar a dudas, el premio más importante es la aceptación del público y la huella que dejó a su paso por las más importantes pasarelas internacionales.
Hace unas semanas, poco antes de cumplir 91 años, una infección pulmonar lo obligó a hospitalizarse y a convalecer en su casa de la Via Borgonuovo de Milán, lo que le obligó perderse el desfile masculino de alta costura en junio, algo muy poco frecuente en este incansable trabajador que nunca dejó los talleres.
La casa Giorgio Armani planeaba celebrar su 50 aniversario durante la próxima Semana de la Moda de Milán, evento que queda ahora marcado por la ausencia del diseñador y la promesa de un homenaje en su ciudad natal. Una capilla ardiente será instalada en Milán para despedir al creador, a la que seguirá una ceremonia privada.







