LA APUESTA DE ECALA
La Anunciación
… cuando, en la ciudad de Nazaret, el ángel del Señor anunció a María:
Concebirás y darás a luz un hijo, y se llamará Hijo del Altísimo. María contestó: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.
Y así, llegada la plenitud de los tiempos, el que era antes de los siglos el Unigénito Hijo de Dios, por nosotros los hombres y por nuestra salvación, se encarnó por obra del Espíritu Santo de María, la Virgen, y se hizo hombre.
La casa de la anunciación es sencilla, unos cuatro muros, un techo modesto, algunas gallinitas alrededor picando la tierra; un simple animal, tal vez una vaca, o se obtiene la leche de algún vecino.
Muchos chiquillos corriendo alrededor de la casa, y es probable que la vecinas no se hayan dado ni cuenta de la anunciación.
María tiene ya al Niño Dios en su vientre, y los días después de la anunciación, fueron normales.
Bajaba por agua al manantial con su jarro de barro, es probable que José, al regresar de la carpintería, trajera algunas hierbas para comer, algún pedazo de queso fresco y algunos frutos secos, cosas nada caras.
La comida entre ellos, un momento especial, estaba rodeado de las preocupaciones de toda familia, lo que pasaba en la comunidad, las vivencias en el trabajo de José y lo vivido en el día por María.
Recordemos que María y José, en la etapa de la Anunciación, estaban desposados, es decir, un tiempo antes del matrimonio, que según la tradición hebrea, era en donde se reforzaba el noviazgo y se prepara el matrimonio.
María también fue anunciada que su prima Isabel, quien ya de edad avanzada, estaba en el 6º mes de gestación – de quien sería más adelante Juan el Bautista- y es probable que en esas comidas tranquilas, junto a José, María le haya solicitado el permiso de ir a cuidar a su misma prima.
¡A lo que José accedió!, sin problema alguno.
Los artistas del renacimiento, representaron a la casa de la Anunciación, de manera imponente, con tronos de oro y ornamentos florales y de hierbas, símbolos de pureza y celestialidad.
Desde la perspectiva estética, la Anunciación es el comienzo del camino de la vida de Jesús, lo cual representaba una carga de signos de gran estudio, análisis y encuentro de debates acerca del simbolismo a utilizar.
Pero…
¿Qué pasó con la casa en donde fue anunciada a María la encarnación de Jesús?
En la casa de Nazaret, una vez que Cristo resucita, fue el lugar en donde los apósteles llevaron a cabo las primeras misas, fue un lugar altamente venerado, y durante años, el lugar más importante en las necesidades teológicas de los primeros cristianos.
Esa casa, durante las guerras santas, estuvo sin resguardo, ni cuidados.
Cuando los cruzados realizaban largas peregrinaciones a tierra santa, custodiando los lugares en donde habitó y estuvo Jesús, observaron que la casa en donde habitó la Sagrada Familia, no tenía resguardo alguno.
La casa estuvo protegida tres veces, es decir, para que no la allanaran, durante varios años, los cruzados levantaron un conjunto arquitectónico alrededor de ella, pero los enemigos de la cristiandad las derribaron, en igual número de veces.
La casa sencilla de ladrillos rojos, permanecía dentro intacta, y fuera de ella, tanto por el techo, como por fuera de los muros, se levantaban basílicas de protección.
Por ello surgió un hermoso milagro, que aún hoy día, tienen a científicos y teólogos, eruditos y no creyentes, absortos en su contemplación:
El 12 de mayo de 1291 los ángeles trasladaron la casa hasta un pequeño poblado llamado Tersatto, en Croacia.
Muy temprano en la mañana la descubrieron los vecinos y se asombraron al ver esta Casa sin cimiento y no se explicaban cómo llegó ahí. Se adentraron y vieron un altar de piedra. En el altar había una estatua de cedro de la Virgen María, que tenía al niño Jesús en sus brazos.
El niño Jesús tenía sus dos dedos de la mano derecha extendido como bendiciendo. Con su mano izquierda sostenía una esfera de oro representando al mundo. Ambos estaban vestidos como con unas batas y tenían coronas de oro.
Unos días más tarde, la Virgen María se le apareció a un sacerdote de ese lugar y le explicó de dónde venía la casa.
Ella dijo:
“Debes saber que la casa que recientemente fue traída a tu tierra es la misma casa en la cual yo nací y crecí. Aquí, en la Anunciación del Arcángel Gabriel, yo concebí al Creador de todas las cosas. Aquí, el Verbo se hizo carne.
El altar que fue trasladado con la casa fue consagrado por Pedro, el Príncipe de los Apóstoles. Esta casa ha venido de Nazaret a tu tierra por el poder de Dios, para el cual nada es imposible.
Ahora, para que tú puedas dar testimonio de todo esto, sé sanado. Tu curación inesperada y repentina confirmará la verdad que yo te he declarado hoy.”
El sacerdote, que había estado enfermo por mucho tiempo, se sanó inmediatamente y anunció al pueblo el milagro que había ocurrido. Comenzaron las peregrinaciones a la Santa Casa.
Los residentes de este pequeño pueblo construyeron sobre la Santa Casa un edificio sencillo para protegerla de los elementos de la naturaleza.
Pero la alegría de los croatas duró poco tiempo.
Después de tres años y cinco meses de estar la casa en este poblado, en la noche del 10 de diciembre, de 1294, la casa desapareció de Tersatto para nunca más volver.
Un residente devoto de Tersatto construyó una pequeña iglesia en el lugar donde estuvo la casa, una réplica de esta. Y puso la siguiente inscripción:
¨La Santa Casa de la Virgen María vino de Nazaret el 10 de diciembre de 1291 y estuvo hasta el 10 de diciembre de 1294.¨ aún se lee.
La gente de Croacia continuó venerando a Nuestra Señora en la réplica de la Santa Casa. Fue tanta su devoción, que el Papa Urbano V envió a la gente de Tersatto una imagen de Nuestra Señora en 1367. Esta imagen se cree fue esculpida por San Lucas.
El 10 de diciembre de 1294, unos pastores de la región de Loreto en Italia reportaron que habían visto una casa volando sobre el mar, sostenida por ángeles.
Había un ángel vestido con una capa roja (San Miguel) que dirigía a los otros y la Virgen María con el Niño Jesús estaban sentados sobre la casa. Los ángeles bajaron la casa en un lugar llamado Banderuola.
Muchos llegaban a visitar esta santa casa, pero también había algunos que llegaban para asaltar a los peregrinos.
Por esta razón las personas dejaron de llegar y la casa nuevamente fue trasladada por los ángeles a un cerro en medio de una finca. La Santa Casa no se quedaría aquí por mucho tiempo.
La finca era de dos hermanos que comenzaron a discutir sobre quién era el dueño de la casa. Por tercera vez la casa es trasladada a otro cerro y la colocaron en el medio del camino. Ese es el lugar que ha ocupado ya por 700 años.
El Papa Juan XXIII fue el día antes de convocar el Concilio Vaticano II y pidió a la Virgen de Loreto la protección del Concilio. Juan Pablo II ha visitado muchas veces la Casa de Loreto y ha tenido allí convenciones de jóvenes y familias.
Nos narran las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, 2009, en su texto de la casa de Loreto.
Es momento, en esta cuaresma, de obtener sentido a las cosas de Dios, en donde nuestra inquietud constante, de sucesos que construyen nuestra antropología católica, debe ser por conocimiento de aquello que poco sabemos, y que nos nutre como comunidad.
Sigamos avanzando en esta cuaresma, para Ser más y mejores personas.
Luego entonces amigo lector, no nos quejemos del México que estamos viviendo, porque en ello nos quede claro: ¡Tenemos el País que queremos!? Esa es mi apuesta, ¡y la de Usted?…
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