LA APUESTA DE ECALA
Don Fidel y la CTM
La CTM, recién comandada por Fidel Velázquez Sánchez, logra colocar como diputados a Fernando Amilpa Rivera, Jesús Yurén Aguilar y Alfonso Sánchez Madariaga, férreos compañeros del líder sindical, en posiciones que le permitieran mantener un control sobre las leyes laborales y los movimientos sindicales de México, es el año de 1937, bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas.
Todos los mencionados, anticomunistas, excepto Cárdenas por supuesto.
Vicente Lombardo Toledano, quien ya había sido diputado por el Partido Laborista de México – 1926-1928-, y fundador de la CTM, se había convertido del ala izquierdista, y procuraba mantener un discurso casi copiado a la Unión Soviética, mismo que no agradaba a gente cercana a Lázaro Cárdenas, y en veces, al propio presidente, se confronta con Fidel Velázquez hacia ver quien dirigiría esta CTM.
Gracias a las habilidades políticas y de relaciones públicas de Fidel, el propio Fernando Amilpa expulsa a Toledano de la CTM, argumentado que ya estaba muy socialista la confederación y comenzaba a tener fuerza regional de izquierdas, por motivos de haber fundado un sindicato internacional comunista, que, a muchos, ¡menos les gustó!
Amilpa expulsa a Toledano bajo su carácter de Líder de la CTM, porque Fidel había ganado la senaduría y había dejado al primero como encargado, pareciera que su labor era limpiar la CTM de la izquierda que ya rayaba en lo absurdo.
Estamos en el periodo presidencial del primer presidente de México no emanado de la Revolución Mexicana, que no era militar, que no pertenecía a los cachorros de la revolución y que no era un caudillo: Miguel Alemán Valdés.
Exdirector de la campaña presidencial de Manuel Ávila Camacho y secretario de gobernación durante este periodo, ya había trabajado para la petrolera El Águila de dueños londinenses, en donde se desarrolló como un excelente abogado corporativista.
Egresado de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, en la calle de San Idelfonso 28, de la ciudad de México, de donde obtiene su título con una tesis de enfermedades cercanas a la seguridad y al trabajo, senador de la república de 1934 a 1936 año en que es gobernador de Veracruz, en donde fue del bloque que más apoyó a Cárdenas,
Durante sus años previos a ser candidateado por Ávila Camacho, sufría del acoso del hermano del presidente, Maximino.
¡Un verdadero dolor de cabeza para la presidencia!
Tipo borracho y mujeriego, que lograba todo lo que se proponía bajo la simple amenaza de ser “hermano del presidente”, era nada más y nada menos que el Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas.
Tuvo a bien golpear al esposo de una vedette española famosa de aquellos tiempos, Conchita Martínez, quien le arremolinaba los cabellos al buen Maximino, en cada vez, logrando los cometidos y los lujos que solo la clase política podría dar.
El presidente Ávila Camacho que le toleraba – más que le quisiera- nombró a su compadre potosino Gonzalo Natividad Santos Rivera, apodado “el pelón tenebroso”, para que platicara con su incómodo hermano, acerca de sus aspiraciones presidenciales, porque como decía el último presidente general de México: “… anda muy “volao” con eso de ser presidente, y pu´s como sabes compadre, ¡hay que aplacarlo!”
En una reunión privada, en la que se encontraba la famosa Conchita – dicen unos sentada en las piernas de Maximino- le reclama el hermano presidencial a Gonzalo N.
“… mira cabrón a ese joto del Alemán lo voy a matar, ya lo tengo todo preparado, te lo juro por mi Mamá Eufrosina…”
El buen Gonzalo N. le contestó:
“ya el periódico El Universal en su editorial habló del revuelo y del relajo que se traen tu y tu hermano, y a él no le conviene que le andes haciendo ruido.”
¡mejor ya párale y dale tiempo al tiempo! le reviró Gonzalo.
– ¡sé hacer muy bien estos encargos! como lo voy a hacer nadie sospechará, y además ese maricón del Alemán, esta protegido por mi hermano, quien sabe bajo que sospechas se traigan esos dos.
Al otro día, en una comida en Puebla ante más de cuatro mil comensales, “alguien” le puso veneno a su comida y prácticamente llegó muerto a su casa.
Siendo presidente Alemán, aún recordaba aquella historia, que no lograba comprender, debido a que sospechó, por largo tiempo que un “amigo” le haya querido hacer el favor.
Gonzalo N. después de varios años, platicaba algo suspicaz, de que él mismo “había acelerado la campaña de Alemán hacia la presidencia”
¿qué cosas no?
La CTM postuló a Miguel Alemán Valdés como precandidato a la presidencia – una vez muerto Maximino- hizo lo propio la CNOP y como por estos años pasa el PNR a convertirse en lo que conocemos como el PRI, Alemán sería el primer candidato de este partido a la presidencia.
El Partido Comunista lo sintió agradable a sus aspiraciones y se unió en coalición con el PRI, José Revueltas y Carlos Pellicer lo idealizaron como el candidato propicio para el México que estaban viviendo.
La revista TIME lo consideró un Playboy mexicano
¡Dios lo que hacen por ganar me cae!
A la vez le salió de contrincante, un gallo muy cantador: Ezequiel Padilla Peñaloza, del Partido de la Renovación Político Social, demócrata, ya había sido Secretario de Educación, pero el sistema le sacó los trapitos al sol:
Lo acusaron de ¡hacer caer el avión en donde venía el embajador soviético en México! – Constantino Oumansky- y que había sido parte de la milicia de Huerta, en aquellos años.
Y para cerrar con broche de oro Vicente Lombardo Toledano lo acusó de tener nexos con empresas gringas.
¡así se las gastaban!
Ante estos hechos se cambia de partido, se va al Partido Demócrata Mexicano y contendió para presidente.
A la misma vez que por el Partido Nacional Constitucionalista José Agustín Castro, por el Partido Nacional Reivindicador Popular Revolucionario PNRPR Enrique Calderón y por el PAN Luis Vicente Cabrera Lobato, quien renunciaría a esta candidatura por este partido días antes de la contienda electoral.
¡Así se van a campañas!
Las mesas redondas para que los personajes principales de la sociedad mexicana dieran su opinión, las campañas populares, los mítines y las marchas en favor del candidato del PRI, la CTM y la CNOP hacen sus desfiles de apoyo a Miguel Alemán Valdés.
“Primero creceremos y después distribuiremos” era la frase de la campaña presidencial.
El capitalismo puro se dejó ver cuando los socios de las empresas de Alemán le invirtieron “dineros” a su campaña, en específico, -según reportes del FBI que traían el ojo bien puesto en las campañas presidenciales mexicanas- fueron aproximadamente 17.5 millones de pesos en spots de radio y cine, así como el de propaganda, desfiles y anuncios espectaculares.
Ante una de las votaciones más costosas, más participativas y como nunca se habían visto en México – si me pagaran cada vez que leo esto en la historia de México ¡sería millonario! – van camionetas llenas de chicas hermosas, Cadillac´s llevando al candidato a sus mítines y toda una parafernalia de publicidad alrededor, se encamina esta oportunidad electoral.
La encargada de hacer las votaciones es la propia Secretaria de Gobierno.
Con 1,786,901 votos, gana Miguel Alemán Valdés, que corresponde al 78% del total del padrón electoral, Ezequiel Padilla obtuvo el 19%.
A los padillistas no le gustó el resultado – para variar- y armaron en agosto un revuelo en el zócalo dándole la bienvenida a su candidato quien caballero y ecuánime, apaciguó los ánimos dejando claro que la contienda había sido: “… clara y siendo respetuosos del resultado… porque las instituciones están por encima de los resultados…”
¡se retiró bajo un silencio sepulcral en toda la plancha de la magna plaza!
Recién llegandito Alemán – como se dice en el rancho- apacigua a catorrazos de militares, una huelga de trabajadores petroleros, y despide a 50 de sus líderes, argumentado el resultado de la sala de magistrados:
“ilegalidad de la huelga mientras esté en vigor el contrato de trabajo” limitando con ello las libertades laborales, sello que marcaría todo su sexenio…
¡Así se la rifó! así la ganó.
¿Qué me cuentas a mí que se tu historia?
Luego entonces amigo lector, no nos quejemos del México que estamos viviendo, porque en ello quede claro: ¡Tenemos el País que queremos!? Esa es mi apuesta ¡y la de Usted?…